Ídolo

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Morrissey

jueves, mayo 22, 2008

De documentales e insecticidas

I
Hoy mi cuerpo se inundó de piretrinas y no quiero regresar a mi cama. De repente los silencios son necesarios. Hoy más que nunca. Por mi cama pasa un río… y es que yo no duermo bien de noche… se me ocurren tantas cosas…

II
Los EDOC acabaron y me quedo con grandes documentales paseando por mi cabeza. Por supuesto, el que más morbo histórico me produjo fue Stranded, un filme acerca de la tragedia y los sobrevivientes de aquel célebre accidente aéreo ocurrido en los setentas, con los chicos de un equipo de rugby uruguayo. Sí, aquel en el que tuvieron que practicar antropofagia… -simplemente me recuerda a mi infancia y la atracción truculenta-. En un lenguaje claro y directo, usando elementos dramatizados y con un tino marcado por la familiaridad y el afecto (el director es amigo íntimo de los sobrevivientes) Stranded no se queda en el intimismo y, sin concesiones, toca la llaga, desenreda el relato amarillista y lo convierte en un Thriller bien logrado que mantiene al espectador inmóvil. Pero -de repente- el morbo se vuelve frágil y se libera del nivel anecdótico, sobrepasando el simple shock mediático y retornando a lo que es: una historia extraordinaria humanizada. Y sin embargo, el triunfo del espíritu sobre la carne no puede evitar causar lecciones moralizantes. Y eso no está mal porque se llama esperanza.


Luego está El tigre de papel, documental acerca de un personaje mítico surgido de los hilos olímpicos de los cincuentas, sesentas y setentas colombianos. Pedro Manrique Figueroa. Un artista plástico precursor del collage, militante de izquierda, hippie bohemio, sabio callejero. Un hombre que tenía la capacidad de ubicuidad y que un día -de repente- desapareció sin dejar pista. Excelente narración que hace un buen uso de elementos visuales plásticos y desarrolla un planteamiento estético muy bien logrado, el cual, sin embargo, no engulle la trama. El tigre… es un documental eminentemente argumental que reconstruye polifónicamente la anatomía espiritual de un mito. Uno de esos hombres que se van dibujando del recuerdo de los otros. Un gran documental de retrato.

Por último me referiré a Septiembres, el documental entrañable por antonomasia. Ésta es una realización española que se sucede en una cárcel del país ibérico, en donde cada septiembre se celebra un concurso de canto. Esto es simplemente el pretexto para tender historias personales que no obstante, pese al nivel de intimidad tocado, no llegan a escrutar en demasía. Por este motivo no ponen en evidencia el lado oscuro de la condición humana, si no por el contrario, vivifican ese nuevo altruismo germinado en el cautiverio. El nacimiento de la post-bondad. Y qué más noble que aquello que gira alrededor del amor y la salvación. Este es un filme cuyo tema principal es la redención y la esperanza. El poder redentor del amor. La única escapatoria al hastío de las cuatro paredes. A esa nada trombótica. Irrigación salvadora. Y no se aceptan refutaciones porque esa no es la médula del filme… ese ya sería otro documental.

III
Empieza el ciclo de Leonardo Favio que, para el que no lo sepa, también es cineasta, incluso antes de triunfar en la música. De él sólo sé que hace algo así como el anti-cine. Pura intuición desarrollada en su narrativa cinematográfica. El triunfo de la lógica de la no-razón. Su música también tiene mucho de eso. Habrá que ver algunas de sus películas para dar más detalles al respecto. Es desde ayer en el cine de la Casa de la Cultura, para los que quieran ir. A las siete.

IV
Invasión de pulgas y piretrinas como para matar a una vaca. Vamos a ver como resulta el mapa nocturno de constelaciones en mis piernas…

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