En vista de que la búsqueda de la verdad poco o nada tiene que ver con la verosimilitud, no habría podido caer mejor este feriado. Pativideos. ¡Oh y ahora quién podrá defendernos! Un presidente que manda a callar a todo el mundo y una opinión pública que se debate entre la ignorancia, el maniqueísmo y la manipulación descarada. ¿En quién creer? En cuál de las "verdades" debemos confiar, puesto que todas las versiones se convierten en verdades por auto convicción. Como decía Santiago Kingman, ex AVC, acerca de León Febres Cordero y su insistente afirmación de que él no ha mandado a matar a nadie: "En realidad él no está mintiendo, él dice la verdad, ya que está profundamente convencido de sus palabras, por lo tanto en efecto, es cierto que no ha mandado a matar a nadie". Y así una mentira, por auto convicción se convierte en verdad. La demagogia en su estado más puro. El cinismo es la fuente de toda verdad maniquea, en donde la culpa y la responsabilidad frente al otro, simplemente no existe.
La última instancia del daño social causado por la politiquería, es hacia la salud mental del pueblo. Nadie habla de eso, nadie siquiera cuestiona el hecho de que se enrede a una sociedad en patrañas y farfullarías, afecta la calidad de vida no solo desde el plano de lo material (economía, status quo), sino desde el nivel de aprehensión de la realidad que tanto perturba la psiquis de los seres humanos. Se ha dicho hasta el cansancio que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Actualmente, y en la coyuntura en la que estamos, ya no es necesario repetirla mil veces, basta con agendarla y transformarla en soporte mediático, ni siquiera en información. Puesto que ya la información como fuente de conocimiento ha perdido validez. El descaro con el que se presentan hechos y acciones del acontecer político, sin la menor intención de esclarecer la dialéctica del discurso oficial vs. el discurso de los medios, hace que cualquier cualidad intelectiva de interpretación de la realidad a través de la “verdad” filtrada, sea nula.
Nos hallamos imposibilitados a reaccionar con coherencia frente al ametrallamiento de contextos gratuitos que pretenden ser instaurados como “la realidad nacional”. La conciencia crítica, el discernimiento, la distinción entre el bien y el mal -antes funciones casi mecánicas-, se han visto velados ante la fuerza impositiva de los valores distorsionados que presentan los medios. Y hablo de los medios porque el acontecer político nacional, para convertirse en HECHO, debe pasar por ese filtro.
Ayer hablaba con un amigo sobre psiquiatría. Conversábamos acerca de un desorden que si bien todo el mundo cree conocer, casi nadie sabe exactamente qué es. La psicopatía. No voy a entrar en detalles, ni en teorías psicológicas, pero algo que me llamó la atención era que uno de los rasgos del perfil de una persona con tendencias psicopáticas era entrar en la arena política…. Sin palabras.
La última instancia del daño social causado por la politiquería, es hacia la salud mental del pueblo. Nadie habla de eso, nadie siquiera cuestiona el hecho de que se enrede a una sociedad en patrañas y farfullarías, afecta la calidad de vida no solo desde el plano de lo material (economía, status quo), sino desde el nivel de aprehensión de la realidad que tanto perturba la psiquis de los seres humanos. Se ha dicho hasta el cansancio que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Actualmente, y en la coyuntura en la que estamos, ya no es necesario repetirla mil veces, basta con agendarla y transformarla en soporte mediático, ni siquiera en información. Puesto que ya la información como fuente de conocimiento ha perdido validez. El descaro con el que se presentan hechos y acciones del acontecer político, sin la menor intención de esclarecer la dialéctica del discurso oficial vs. el discurso de los medios, hace que cualquier cualidad intelectiva de interpretación de la realidad a través de la “verdad” filtrada, sea nula.
Nos hallamos imposibilitados a reaccionar con coherencia frente al ametrallamiento de contextos gratuitos que pretenden ser instaurados como “la realidad nacional”. La conciencia crítica, el discernimiento, la distinción entre el bien y el mal -antes funciones casi mecánicas-, se han visto velados ante la fuerza impositiva de los valores distorsionados que presentan los medios. Y hablo de los medios porque el acontecer político nacional, para convertirse en HECHO, debe pasar por ese filtro.
Ayer hablaba con un amigo sobre psiquiatría. Conversábamos acerca de un desorden que si bien todo el mundo cree conocer, casi nadie sabe exactamente qué es. La psicopatía. No voy a entrar en detalles, ni en teorías psicológicas, pero algo que me llamó la atención era que uno de los rasgos del perfil de una persona con tendencias psicopáticas era entrar en la arena política…. Sin palabras.
7 comentarios:
En este país de fábula, no tenermos que hacer con la verdad, así que no hay mucho que hacer :p
Recuerda el dialogo de "A few good men"
Col. Jessep: You want answers?
Kaffee: I think I'm entitled.
Col. Jessep: You want answers?
Kaffee: I want the truth.
Col. Jessep: You can't handle the truth.
El verdadero diálogo de la versión del director es así:
Col. Jessep: You want answers?
Kaffee: I think I'm entitled.
Col. Jessep: You want answers?
Kaffee: I want the truth.
Col. Jessep: Then go to www.yonoreinare.blogspot.com
Watch out now
Take care, beware the thoughts that linger
Winding up inside your head
The Hopelessness around you
In the dead of night
Beware of sadness..............
All things must pass
Ludovico, por eso siempre he dicho que es mejor vivir en la descarada ficción, pero de cara al mundo y sincera. Ojo, que verdad no es lo mismo que honestidad...
Glooooooooo!!!
ja ja ja!! ¿Ya hiciste lo que quedamos?
Por cierto, te tengo una buena noticia... musical
see ya'
aquí puede ver los pativideos
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