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martes, marzo 31, 2009

¿Quién es el cliente? o García Márquez deja de escribir


“Lo que está y no se usa nos fulminará”.
Spinetta.

La gran Carmen Balsells


Anteayer leía que García Márquez dejará de escribir. Lo decía su agente literaria Carmen Balcells, la mamá del boom, responsable de que hoy conozcamos la obra de Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Ernesto Sabato, Juan Carlos Onetti y José Donoso, entre otros. La mamá del boom, como la llaman, está segura de que el Gabo se va. El verbo más promiscuo que ha conocido Latinoamérica estaría a punto de convertirse en asceta. Cuando a Balcells le preguntan sobre esta pérdida, responde siempre con esa alta ironía que la caracteriza: él representa el 37% de nuestros ingresos. Así la dama más poderosa de la industria editorial en español resume a sus relaciones con los escritores de ese boom, como una cifra. Pero ella juega con el discurso del usufructuador del talento ajeno. No lo niega, dice que su sueño siempre fue hacer dinero, bastante, para tener que dejar de preocuparse por él. Sin embargo, deja fluir cierto carácter altruista cuando dice que lo que le hace feliz profesionalmente es hacer feliz al escritor. Ella siempre quiso convertir a los escritores en estrellas, al nivel de actores y actrices de cine. Y lo logró. Creó monstruos literarios mundiales. Líderes en ventas. Gracias a sus cambios de negociación en los contratos, puso límites geográficos y temporales. Antes de ella, los autores estaban condenados a vender sus derechos de publicación a una misma editorial, para toda la vida. Con la nueva dinámica inaugurada por Balcells, las ventas y la difusión de las obras crecieron, lo cual según la agente literaria generó que hoy en día se lea más. Afirmación que sorprende bastante sobre todo porque en esta nueva era audiovisual, se creería que la tendencia es lo contrario.

No lo es, ella conoce la industria editorial en la que también según su experiencia existe una sobreproducción literaria. Muchos libros se tiran a la basura sin jamás haber sido topados. Hoy en día la industria editorial se mueve por la inmediatez de los nuevos tiempos: títulos nuevos cada mes, los cuales a los tres meses pasan a ser anacrónicos. Así se sostiene la industria de las palabras dentro de esta dinámica capitalista de mercado a nivel mundial. Los que se convierten en clásicos son unos pocos, mientras el resto está en estantería unos pocos meses y luego pasan a ser basura. De ahí la hiper-producción, pero sin ella, sería imposible alcanzar la velocidad requerida para el flujo de ventas. Todo es vender. En nuestro país no obstante es otra cosa. Acá nos llegan los huesos literarios y los títulos –los escasos-que lograron traspasar la barrera de la venta mediocre o baja. Nos llegan los mejor vendidos y de los otros libros más marginales –por decirlo de una manera- llegan dos o tres ejemplares por título, los cuales, si no los compra ahora nunca más los volverá a ver en los estantes. Nosotros no somos mercado, ya se sabe.

Balcells, aunque no lo diga, fue una de las creadoras de este movimiento literario, literalmente movimiento. El del empuje de las ventas masivas. Al menos a nivel Latinoamérica ningún escritor había conocido el estatus de estrella hasta que llegó el boom. Por cierto, fenómeno muy discutido actualmente ya que muchos consideran que tal boom nunca existió desde lo literario, lo cual lo depositaría en un simple fenómeno de mercado y mediático. Justo lo que quería Carmen. Para ella pocos son los verdaderos genios literarios, “a lo mucho media docena, el resto es escritor de oficio”. Según ella, eso es igual de respetable, pero no dejamos de pensarlo como una trampa o un embuste al lector. Esos escritores de oficio son los que sostienen la industria literaria desde la dinámica de la inmediatez y la renovación constante, pero los grandes genios son los que se llevarían el mayor volumen de las ventas, porcentualmente hablando. No obstante, si desaparecen los miles de escritores de relleno (en mayor o menor medida), desaparece el movimiento constante de la literatura, por lo tanto, se esfumaría la capacidad de producción y de captación de mercado. No conviene que no exista esa súper-producción, porque es la que sostiene el mercado. Tenemos que bancarnos una selección poco honesta de literatura contemporánea que por supuesto tiene derecho a existir, pero que nos aturde dentro de las definiciones de literatura de calidad. Me pregunto, ¿Qué es lo que estamos leyendo en la actualidad? ¿Vale la pena? Preguntas sin respuesta fácil.

Por otro lado, los premios literarios patrocinados por varias casas editoriales (Santillana, Planeta, Herralde, Alfaguara, Bruguera, etc) son plataformas de promoción –incluso publicitaria- que buscan anualmente hacer un “refresh” a su oferta. Todo ello, claro, en apariencia. Carmen Balcells desnuda una práctica que ella considera muy común en estos premios. La agente literaria asegura que transcurrido un tiempo desde la publicación de las bases, si la editorial no ha encontrado ningún título que le plazca, se dedica a cortejar a los escritores que cree ideales para ganar. “En realidad, los directores literarios nunca garantizan el premio, hay que decirlo en su honor. Ellos están segurísimos de que el autor al que abordan lo ganará, pero no lo garantizan explícitamente, dejan la decisión en manos del jurado. Una práctica habitual es decir: “Te compramos la novela por una cantidad que es la mitad de la dotación del premio. Si pierdes, te la publicamos pagándote ese dinero. Y si ganas, ganarás el doble”.

Es una simple estrategia de garantizarse ventas. Ningún premio literario arriesgará el mercado. Para Balcells, el grande ego de los editores se come al ego de los escritores. Aunque para ella, “los escritores son los seres más intratables que existen”. Igual, a Carmen se la considera la consejera de vida de muchos de los grandes, pero aunque lo acepta e incluso cita varios ejemplos de ello, termina siempre diciendo: “yo no tengo amigos, sólo intereses”. Eso no impidió que Onetti, por ejemplo, le dedicara su último libro: “Para Carmen Balcells, porque me da la gana”.

Ahora dice que Gabo se calla para siempre y que eso significa una pérdida en sus ganancias. Cuenta que una vez él le preguntó: ¿Quién es el cliente, tú o yo? Y ella respondió: fácil, ¿Quién pierde más si se queda sin el otro? Gabo le replicó: “Yo perdería bastante”, a lo que ella añadió: “Pero yo perdería más, así que tú eres el cliente”.

Así que, ¿quién perdería más si la leyenda viva del realismo mágico se calla? ¿él o nosotros?
Flash informativo:
La primera canción del nuevo álbum de Bob Dylan, Beyond Here Lies Nothin, se colgó en la web del artista (www.bobdylan.com) para descarga libre y gratuitamente desde la medianoche de ayer, 30 de marzo, hasta la medianoche de hoy 31, como adelanto del disco Together through life.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante y pertinente de principio a fin...

fbn dijo...

Yo no tenía idea de su existencia ni su aporte a las letras, hasta que la escuché en un programa radial acá en chile, quedé deslumbrado con la lucidez y visión telescópica de ésta mujer. Acá dejo el link con su entrevista.

http://www.radiozero.cl/programas/desde-zero/podcast-desde-zero-03-de-abril-carmen-balcells/

Saludos!