Ídolo

Ídolo
Morrissey

jueves, agosto 31, 2006

No lo ví desde entonces


El sueño:

-¿Puedo hablar con él o no?
-¿Quién habla?
-Quién eres tú.
-Yo soy el ldfklfl -aquí una palabra ininteligible-
-Ah y dónde está, pásamelo.
-Esque no se, a ver déjame ver si puedes hablar desde el walkie talkie.
-¿Es que acaso no está ahí en la casa?
-No, está en el bar de al lado, en el Wilson's.
-¿En un bar en el sur? ¿Qué hace ahí?
-No sé, cada día está más loco este man. Dijo que no saldría de ahí sin sacar el máximo provecho.
-A qué se refiere con eso.
-Mmm... No sabría decirte.


Luego me pasaron a un otro. Uno que yo supuestamente conocía y que me invitaba a un concierto o algo por el estilo. Yo no tenía la más mínima idea de quién era, y peor, qué hacía ahí. Después pasó algo que no recuerdo y me hallé en una calle de Guápulo -al menos eso parecía- pero no era Guápulo. Era una pequeña ciudad serrana en algún otro país andino como Perú o Bolivia, hasta Colombia podría haber sido. Era algo así como una celebración pagano popular que estaba acabando. La gente subía llena de confeti y había vasos plásticos tirados por todo lado. Todos iban cansados y silenciosos, a lo lejos se podía escuchar una música que no logro identificar a qué género pertenecía. Probablemente era populachera. Tengo la sensación de que no estaba sola, de que iba con un grupo de gente, que para el momento, se hallaba disperso. Conversé con una o dos personas que me dieron un par de indicaciones, al parecer eran mis amigos o algo similar. Yo le buscaba, creo, y seguía estancada en la mitad de la cuesta. Ahora lo recuerdo, yo tenía reservaciones en un hostal que tenía una puerta metálica con enrejadura azul. Estaba parada en la puerta esperando que llegara alguien, él me supongo. Después de unos minutos -quién sabe- llegó otro, un amigo desconocido y me dijo que él estaba borracho y loco. Vagabundo. Ubiqué mis ojos hacia el fondo de la calle empinada y pude ver que venía tambaléandose y hablando solo o acaso hablaba con la gente que iba subiendo, fatigada. Al llegar cerca de mi puerta -la cual yo parecía cuidar como perro- ni siquiera me miró y pasó de largo. Se acercó a otra puerta, unas cuantas casa más allá y entró apoyándose en las paredes. Yo no tuve más que entrar a mi hostal, mientras aquel tipo, quizás amigo, caminaba atrás mío dándome explicaciones que a mí no me servían para nada.

Aunque quise saber el desenlace, me será imposible, al menos dormida. Mi editora me llamó a pedir el logo de la RED justo cuando me iban a revelar algún secreto.

miércoles, agosto 30, 2006

Placebo


Esa soy yo, la obvia, la descarada, la eternamente nostálgica, la perdedora, la de las manos vacías y el corázón humeante. Sabes, un día me fui de compras, a ver si podía comprar felicidad. La que atendía el almacén me dijo que eso no vendían en mi barrio. Yo no podía salir de ese barrio por alguna extraña prohibición de un dictador que habitaba en una casa horrible y gigantezca, al final de la calle. Ese dictador me vigilaba día y noche, y yo no lo sabía. És más, no supe de su existencia real hasta hace unos pocos meses. Antes siempre pensé que era un mito inventado por mí misma. Como decía, esa mujer de la tienda me dio un supuesto equivalente, un sustituto vulgar y de mala calidad. Y me dijo que servía incluso para anticiparse al dolor que te podrían causar los otros, sobretodo los hombres. Entonces me bebí el brebaje y, luego de eso, continué defalleciendo a cada paso, perdiendo uñas, dientes y pelo. Pero pensando que ya nadie me podía lastimar nunca más. Y sabes, obviamente me estafaron, porque no solo me herí de muerte, sino que herí a la persona que más amaba en este mundo... Y no lo sabía.Yo había encontrado el amor, que era uno y hermoso. Pero llegó enfangado, llegó cuando yo estaba pisando un lodazal. Lodazal del que nunca podía salir, en el que siempre estaba y que era ubicuo y onmipresente. Huía de él y seguía en él al mismo tiempo. Por eso acepté el reeplazo falso de felicidad que esa mujer me ofreció. Lo acepté porque pensé que así saldría del lodazal. ¿Y sabes qué pasó? Que me hundí hasta la cintura. Cuando estuve atrapada en el fango, lo estuve de tal manera que cuando mi amor dijo que se marcharía porque allá afuera estaba claro y limpio, yo no pude retenerle. Y se fue, y se fue para siempre, y desde allí, sigo vagando por las calles enfangadas, buscando reproducir su tacto, su voz y su mirada. Y nunca lo encuentro. Porque el amor es uno solo...

Que alguien me traiga un pastel de chocolate, mientras yo, febril, recuerdo a mi amor y toso toda la noche.

Ayer quería decir y no dije


Las protestas: el traspaso de lo subjetivo a lo objetivo.

Ayer quería decir que el nivel subjetivo de una protesta de tintes socio políticos, es necesariamente sobreseído por la necesidad inherente de la materialización de la idea. Un termómetro de objetivización es el eco social, actualmente léase como acogida y difusión mediática, pero quizás lo que más des-subjetiviza la protesta es invadir el espacio público y producir mutaciones instantáneas. Así lo privado se polariza con lo público y se hermana con la noción de subjetividad, mientras que lo público se transforma en lo objetivo, en lo material y palpable. Una protesta callejera bien planteada (recuérdese los scratches argentinos) materializa de una manera eficaz aunque quizás coyuntural, los anhelos reprimidos de la masa, las inconformidades y quejas del colectivo, interpolando e inquiriendo a esos pocos entes de poder que representan al individuo privado, que es a la final el gobernante y el causante del malestar social. Quizás la misión de la protesta no sea el cambio ni la consecución de las demandas, sino el acto coyuntural que causa deformaciones públicas in situ e inmediatas. Tales "deformaciones" se materializan como bloqueo de vías, alteraciones o suspensión de labores productivas, desorden urbano, destrozos a la propiedad pública y privada; lo cual, dependiendo de la duración, produce especulación, inflación, disminución de la productividad y del PIB, en suma, alteraciones socio económicas que distan mucho de los objetivos sociales primigenios. Sin embargo, todo ello es bien aceptado por el común, como medidas de presión hacia el gobierno. Así, de alguna manera, arriesgando el bien colectivo, se han conseguido algunas de las demandas populares.
Por otro lado, retomando un punto citado anteriormente, en la materialización de lo subjetivo, no es suficiente el contingente humano y las acciones específicas de la protesta, así como su palpabilidad urbana o rural. El acto por sí mismo no llega al nivel objetivo mientras no pase por el filtro de construcción narrativa de los medios. Dado que la realidad inmediata compite muy de cerca en verosimilitud con la realidad mediática, el hecho por sí solo no puede estar validado sin pasar a través de esa reconstrucción mediática. La narrativa de los medios, que genera el discurso de los mismos, obedece a una lógica propia auto generada, pues no se puede asegurar a ciencia cierta, de dónde surge el modelo estructural de esta sintaxis. Creo mas bien que obedece a un proceso histórico acelerado, con el surgimiento de los medios visuales, en concreto la TV, en donde en menos de cincuenta años nos enfrentamos a una constantemente variable narrativa audiovisual que genera nuevas estructuras dialécticas y semiológicas. Así, la capacidad interpretativa del público se ve directamente influenciada por esta nueva lógica narrativa, por lo tanto hay un adecuamiento visual, intelectivo e interpretativo dependiente y derivado del auto discurso mediático. Para ponerlo más claro: Una imagen vale más que mil palabras. No es la imagen en su génesis la que vale más que mil palabras, es el uso articulado de esa imagen juntos con otros cientos de imágenes que, dependiendo de su sintaxis y concordancia, producen un texto nuevo que descontextualiza la realidad misma, y la pone en duda. Y aunque en estos niveles narrativos claramente manipulados, se pueden generar varias lecturas, algunas críticas, el acondicionamiento, o la programación mental para responder interpretativamente en los niveles de esta lógica, está inserto en el público consumidor de esas imágenes. Por lo tanto, al entrar la protesta en el plano mediático, es cierto que se materializa, pero dentro de esa lógica narrativa, mas en el plano real, en realidad se subjetiviza, dado que la manipulación de la imagen a través de la yuxtaposición de una imagen con otra, crea metáforas visuales, que, narrativamente hablando, son las madres de la ficción.
Gracias, es todo.

Anorexia ventral



Barrigas redondas y bebés en brazos. ¿De qué me perdí?
Yo no encontré nada, caminé y caminé cien kilómetros o más.
Estuve lejos, tocando bocinas, riendo a carcajadas,
Leyendo páginas líquidas de prohibiciones.
Estuve cerca, desaguándome entre miradas laxas
Dejándome en remojo cinco, seis años
Y ellas, tan naturales, tan obvias, tan literales.
Lo tienen todo, la redondez absoluta del mundo,
El paso cebra del ayer colegial y dialéctico
Al hoy simple y exacto, lingual, palatino.

martes, agosto 29, 2006

Puro marketing


Sabía que eso era lo que iba pasar. Siempre lo supe. Hablar de sexo en tu blog te suma popularidad. Los blogs íntimo sico patológicamente sexual eróticos son los más exitosos. Yo quería hablar de otras cosas, pero los mejores tonos -más relajados- los he obtenido por una simple preguntita que obedecía más a un estado lúdico: ¿A dónde van a parar los condones usados? Veo que esa pregunta inspiró a mucha gente, sobretodo a los caballeros que no se pierden una oportunidad de humedecer un poco sus palabritas... Gracias de todos modos, por comprobar mis teorías.
Sin embargo, al menos por ahora, no me interesa adentrarme en las lides del sexo y exponer pasajes eróticos de mi vida o de las de otros. Hallo más interesante el estado asexual del día. Rascar el picado mínimo del sinsentido cotidiano. Vamos, que hay más temas por hablar, ¿no creen? Allá afuera, en el mudillo bloggero hay miles de posteos con delirantes carnalidades. Pero el mío, hoy por hoy, hasta de política hablaría. De política, de gordas desdentadas, de jubilados que aman el fox trot, de israelitas lavados el cerebro, de amantes desinfectados y enterrados, de zapatos de taco y medias rotas, de gemelos dementes, de apologías del asesinato, de candidatos presidenciales que lavan calzoncillos, de amigos insoportables, de la falta de método y la todología, en fin. Que temas sobran, y la cama siempre estará ahí... esperándonos.

domingo, agosto 27, 2006

Unas reflexiones


Qué inhumano resulta apegarse a las conveniencias. Y aún así se debe tener en cuenta, que para sobrevivir, es necesario mirar por encima del hombro. Así resulta, aunque todos lo nieguen, porque la democracia, al menos en el trato cotidiano, no existe. Nadie es demócrata en el tercer mundo, y aparte, aunque parezca, no es cierto que el progreso esté construido por el engranaje perfecto de la gente que compone una nación. No, la verdad es que la suma de individualidades, a veces produce progreso. Lo que genera en realidad son avances y los avances son hermanos de las conveniencias. Estoy convencida, como Dalila, que desde unos siglos acá -quizás desde el renacentista humanismo- que el proceso de individualización de la colectividad, creó los conceptos de masa, de globalización, de aldea global y de democracia, incluidos socialismos, comunismos y modelos económicos neoliberales. ¿Por qué? Porque todo se complicó desde que Dios dejó de ser el gobernante celestial y terrenal (incluidas instituciones clericales y todo aquello). Aunque muchos sigan creyendo que la iglesia es aún un ente controlador, la verdad yo no hablo de instituciones ni de adquisición de poder, sino del control de la moral. La moral como tal, no la moral religiosa, que es tan solo una de las vías de control. Porque la moral señores, se controla, sépanlo. En este punto yo creo firmemente que Sacco y Vanzzetti, y todos los anarquistas de principios del siglo XX se equivocaron. Es necesario el control, al menos en el ámbito moral. Porque si no, qué pasa, que la moral colectiva desaparece y el individualismo se apodera de las sociedades. Se necesitan reglas de juego, y quien las puso en primera instancia fue la religión, en el caso preciso de occidente, el cristianismo. Y aunque parezca, creo conveniente decir que no estoy hablando de moralismos, en el sentido peyorativo de la palabra, ni estoy haciendo apologías de la iglesia. ¿Qué pasa cuando una sociedad no tiene reglas morales comunes? Impera la moral individual, que se convierte en la moral de unos cuantos y que produce ideas caóticas -por inaplicables- como el marxismo, o modelos socio políticos verticalistas como el imperialismo. Modelos que siempre tendrán una cabeza regidora y que a la final impondrán su moral al común, basada en las conveniencias. Porque nadie puede negar que de las ideas de una cabeza pensadora, se extienden lazos que atan las conciencias de los demás, cuando estas ideas y esta cabeza pertenecen a una persona pública, influyente ideológicamente hablando. Esto al menos hasta entrado el siglo XX y antes de que los conceptos de postmodernidad traten de convencernos de una ruptura social. Ruptura inexistente, ya que el movimiento Beat, por ejemplo, fue tan solo una derivación histórica de un proceso de constante liberación de ataduras ideológicas endebles. Todos los mayos 68 y las liberaciones femeninas (puesto que actores y tiempos fueron disímiles, mundialmente hablando) no rompieron nada, solo terminaron de deshilachar el último hilo de la costura de las conveniencias sociales de la época. Conveniencias que hasta entonces no se revelaban como modelos económicos y que fueron desenmascaradas en esos días (Nixon y sus implicaciones directas en las dictaduras latinoamericanas, por ejemplo).
Ahora que los conceptos de progreso vienen del individualismo está claro. Desde que los conceptos de civilización echaron al lado marginal a todo lo que no era occidental, y lo acusaron de barbarie, las sociedades empezaron a construirse sobre modelos de poder económico. Todas las colonias europeas obedecieron al mismo sistema de explotación que poco le interesaba el factor humano, no entendido como una masa con alma, más bien todo el aparataje estuvo construido en base de caprichos e intereses de la monarquía europea, que como tal representa a ese individuo exclusivo y en vías de extinción, aún en esa época. Por lo tanto, los procesos de avance histórico y progreso, se han construido sobre la base de los intereses económicos de unos pocos, y no sobre el interés de la masa. Obviamente todo esto suena a un socialismo manoseado, pero yendo más allá de teorías marxistas, aún éstas estuvieron construidas sobre el individuo: El Estado. El Estado se vuelve un individuo, algo así como una persona jurídica, una sociedad anónima, un ente capaz y antropomorfo que absorbe al resto, y que, como un frankeinstein gigantesco, se construye de pedazos de seres humanos que tampoco se convierten en masa, sino que se convierten en uno solo. Porque las nociones de masa que maneja la globalización son otras, las son precisamente constituidas sobre la paradoja del socialismo: A cada cual según sus capacidades. ¿Qué capacidades? dice el capitalismo neo liberal. Las del poder adquisitivo. La capacidad de comprar para enriquecer a unos cuantos individuos. Y así toda la maquinaria contemporánea del progreso genera premios materiales a quienes entraron al ruedo, y a quienes no, pues que busquen satisfacer sus necesidades en otra parte. Entonces, a trabajar para enriquecer al estado, que luego de por sí esos ingresos serán repartidos según lo que cada individuo necesite. Falso. Es un mecanismo totalizante y monárquico que desaparece al colectivo, es una vuelta sutil al feudalismo. Un rey disfrazado de estado, de donde de seguro, asomarán cortesanos que aprovecharán todo el esquema armado para favorecer sus intereses individuales, nuevamente su conveniencia. (Léase Stalin)
En el nacional socialismo y el fascismo, pues ocurrieron cosas similares, como era de esperarse. Sólo que con una aparatosidad amarillista capaz de deslumbrar al individuo promedio. De ahí que figuras como Franco, Mussolini o el mismo Hittler, fueron capaces de lograr amasar a las masas. De distintas formas, pero de todas maneras igualmente trataron de imponer una moral individual al colectivo. Es un traspaso reflexivo, pues la finalidad de sus acciones era que recaigan sobre sí mismos. No en vano, asistimos a una segunda mitad de siglo XX llena de cambios supuestamente abruptos. Supuestamente, porque ante los ojos mediáticos, la caída del muro por ejemplo, se dio de un día para el otro, y que España se transformó a la muerte de Franco. Cuando no fue así, cuando la realidad es que todos estos cambios se fueron generando en el individuo colectivo, en aquella conciencia masificada que se produce luego de años y años de hermandad silenciosa, la cual termina en un escepticismo que termina produciendo progreso. Y volvemos al principio, un progreso producido por la suma de individualidades, que a la final crea anhelos similares que son los que moverán los engranajes.
Hoy vemos que la moral colectiva es una figura variable, que se mueve según la conveniencia del status quo. Y creo que ahí radica el éxito del Imperialismo, en saber cómo moldear esa variable al establecer reglar claras y fórmulas fáciles de desarrollo. Y esto empieza por los cambios en los estilos de vida, los gustos y las necesidades del individuo masa. La sutileza de estos cambios - que en el caso de nuestro país sí son abruptos- hace que la línea trazada, considerada como normalidad, sea rápidamente aceptada y que se introduzcan nuevas formas sociales aceptadas. Aculturización, como dicen los sociólogos. Creo que la debilidad de nuestra moral colectiva es la que permite la supuesta alienación cultural. Somos una sociedad permeable, por el hecho de nuestra vulnerabilidad socio económica, que produce políticas estatales frágiles, y que crea individuos altamente influenciables. En Europa el caso es otro, a pesar del individualismo reinante, no se puede aplicar la frase "divide y reinarás" por una simple razón: Los niveles de vida son demasiado altos como para que sus anhelos se vean afectados por la permeabilidad. En un país como el nuestro, en donde las clases reinantes son el 2% de la población, qué se puede esperar sino una moral endeble que permite el paso de casi lo que sea. Dicho esto cabe aclarar que quienes lograrían tener un criterio firme desean con todas sus fuerzas abandonar el país, para formar su criterio fuera. Y quienes están más preocupados en lo que comerán mañana que en votar por un buen prospecto presidenciable, también desean huir cuanto antes del hambre o de la falta de oportunidades. No se nos puede acusar de maleables cuando hay temas más urgentes que resolver. Seguiremos siendo los sudacas siempre, al menos hasta que ese anhelo perdido de desaparecer al 80% de la pobreza, sea materializado. Y allí entran discusiones más profundas acerca de las causas de esta injusticia social. No es tan fácil desaparecer un modelo escalera de un día para el otro. Modelo que por supuesto tiene unas gradas gigantescas que separan a una clase social de otra. Esto, a conveniencia de los grupos de poder, es imposible de cumplir. Cambiar la estructura social clasista no conviene al capitalismo, peor al imperialismo. ¿Y ahora por quién votamos?
Podría seguir y seguir, pero ya es tarde, tengo tos y ya me voy a dormir.

qué pena


Y yo me pongo a pensar, qué asepsia, qué orden, qué pragmatismo, qué practicidad... de todos. Hay un régimen aún para ser taita pendejadas. Yo incluso me perdería entre qué botellas plásticas escoger y cómo arrastrarlas. Aunque ya descubrí la táctica -salvo de veras, algunos geniales y pletóricos de talento seres humanos- no es suficiente para conformarme. Yo aún creo que mi todologismo es la ausencia de método. Método que los todólogos de perfil académico, e incluso los de tintes idealista-empírico, conocen a la perfección. ¿Dónde estuve yo cuando dictaron esa clase? A qué horas duermen para ser tan prolíficos como parecen. Duermen cuatro horas, de seguro. Yo no quiero ser una vieja arrugada antes de hora. A veces duermo la mitad del día, mi cuerpo lo exige. Claro, no tener método se confunde con vagancia, y ser metódico se confunde con proliferación. Ninguna de los dos enunciados resulta verídico a la hora de ensayar un pretexto de vida. Ambos son verosímiles, eso sí.
- Mi padre tose y duerme desde las tres de la tarde, hoy domingo-
Lo que descubrí en toda aquella gente salvada, es que tiene la virtud de la constancia. Quitando a los superhombres anfetamina-o super mujeres- todos logran asirse a una constante, durante qué se yo, meses, incluso años. Y así logran publicar algún libro de análisis sociológico, sociopolítico, o simplemente se resuelven siendo catedrádicos con perfil de investigador. Y no son todólogos, aunque lo parecen, simplemente se manejan dentro de márgenes precisos, dentro de linderos conocidos. Y es allí en verdad en donde nos convencen a todos, y resultan convertirse en entes multidisciplinarios. Luego un bailarín es cineasta y una escritora es curadora de arte en sus ratos libres. Yo veo una espina dorsal de la sociología sobretodo, de ahí empiezan a salir todos, desde allí se puede promediar el mundo, las artes, las letras, y todo lo que tenga que ver con el verbo generar.
Generadores de conciencias, (aquí se borró).
Ay mierda, este texto era larguísimo, y resultó bastante interesante, pero se me borró, mierda tecnología. Se mutiló y no puede ser repetido porque entre otras cosas, ya olvidé lo que decía y no puede ser lo mismo si vuelvo a intentarlo. Me como mierda.

sábado, agosto 26, 2006

¿A dónda van a parar los condones usados?



Y la envoltura también se perdió. Vamos a pasar la noche juntos. ¿La noche juntos? Pero si ya está amaneciendo, de qué hablas. En serio te digo, no tengo ganas. Ah ya entendí, yo soy tu comodín, me estás utilizando. No para nada, esque no estoy acostumbrada a esto. El one night stand no va conmigo. Y hablando en inglés en el taxi, y eso que yo no tomo.
Ya solo lárgate y déjame dormir. Partamos el día en dos. Mi mañana será a las cuatro de la tarde.

viernes, agosto 25, 2006

Tal cual

No te atrevas, ni se te ocurra, no alcanzamos las dos en el asiento. No, no... ¡Plaf!
Socorro, estoy aplastada contra la ventana, me duele el brazo. Su pierna y su cadera están sobre las mías. Me redujo a la mitad. Soy una conserva, una mermelada de uva.
No quiero comer, no tengo hambre. Ay muchas gracias, no debió molestarse. Mmm... y ahora qué hago, no me gustan las habas, qué asco. El queso sabe a chivo, no debo quedar mal. Sonríe, sonría, traga sin respirar, eso, así está bien. No tengo cepillo de dientes.
A las tres te caigo. No tengo ganas de ir. ¡Ah! No contesté el teléfono porque... porque estaba en el baño. Ya voy. No quiero ir. Otra vez ver tu cara de imbécil frustrado. Te extraño mucho, no puedo esperar para dormir abrazada a tí. Ojalá esté de buen humor, una película aunquesea.

jueves, agosto 24, 2006

Perfil


Mi candidato dice ser socialista y va a negociar el TLC. Dice haber estado preso por ser de izquierdas y fue asesor bancario durante muchos años. Está aliado con los socialdemócratas pero aun no se acepta centro izquierdista. Los ultristas le detestan y dice que la derecha le cree sindicalista.
Mi candidato tuvo un hermano presidente que según los eternos caza conspiraciones, fue asesinado por la CIA, cuando apenas empezábamos nuestro frágil período de democracia, luego de una endeble y vergonzosa dictadura. Vergonzosa por tibia y anodina. Nunca sonó junto a las de Chile, Argentina, Paraguay, Brasil o Bolivia.
Mi candidato fue alumno en las lides de la política de una gran figura populista. Un personaje altamente histriónico, a quien no hace falta ser cómico para imitar. Ese congresista y alcalde que fue impedido para postularse a la presidencia y que creyó ser gran titiritero. Pero no contó con la astucia de que su marioneta cobraría vida y cortaría los hilos.
Mi candidato es un ser tinoso y nunca compromete su discurso. No le gusta el sí ni el no. Lo suyo es el talvez. Eso pide el elector, pensarán sus asesores, o él mismo quizás. Se mantiene siempre en la mitad, dentro del consenso, desde allí puede pisar hacia un lado o hacia el otro. No está mal, no se puede ser ortodoxo si total ya estamos envueltos en el modelo neoliberal.
Mi candidato es un Horacio Quiroga postmoderno. Murió su madre poco después de su nacimiento, murieron dos de sus hermanos en distintos accidentes, murió su esposa amada, y un pocotón de gente más a quienes les justifica la muerte por viejos.
Mi candidato no hace deporte porque no tiene tiempo, le gusta cocinar pero no cocina porque no tiene tiempo. Tiene tres armas de fuego pero no las ha vuelto a ver en más de veinte años, pues olvidó la combinación de la caja fuerte donde las guarda.
Mi candidato no gasta en ropa y saca trajes de hace quince años y los usa hoy como si nada. Y al parecer nadie lo nota. Le gusta lavar a él mismo sus medias y sus calzoncillos y los cuelga en los baños de los hoteles de turno, mientras viaja por todo el país haciendo proselitismo.
Ese es mi candidato, el más opcionado.

miércoles, agosto 23, 2006

En la playa


-Soñé que me cuerneaban.
-¿Que te cuerneaban? Quién.
-Una ex novia.
-Pero cómo, si yo soy tu novia.
-Qué, ¿Acaso crees que eres la única que me puede cuernear?
-¿Y por qué no sueñas conmigo?
-Por que no puedo controlar los sueños, si lo pudiera, imagínate lo que haría...

martes, agosto 22, 2006

Tú no estudias marketing



Ayer salí de su oficina con una intensa necesidad de ponerme zapatos de taco y blusa rosada. De tener un gusto tibio para vestir y de no atreverme a usar pantaloncillos cortos. Ayer quise ser otra, ser la todas, la misma, la señorita adaptada. Por eso me fui a ver Click con el care judío ese... ¡ay ya no me acuerdo! Me dí cinco cucharadas de obviedad, no más, pues ya supe por dónde iba la película, a dónde iba a llegar y cómo iba a acabar. Qué puedo decir, yo hice mi mayor esfuerzo por tratar de hacer calzar lo redondo de mí en una caja de televisor. Mi editora dice que también ella es así, seguramente lo será, pero yo me siento más lejos de lo que ella está. Y creo que ella lo sabe. La conclusión de ambas fue: ¡Qué es lo que quieren por Dios! Profesión y oficio postmodernos versus ánimo decimonónico. Y cuidado con querer ser tan sólo lo segundo... Peor aún, cuidado con querer estar in the top of the world. Confórmate con ser la tía de alguien...
Hay que fingirse tonta. Claro, en un nivel de estupidez calculado, no crean que es tan fácil. Hay que acomodarlo al interlocutor. Jamás parecer más lista que él. Gran error. Y por supuesto, nunca, pero nunca revelar que odias la cocina. Hay que echarle la culpa al tiempo y a los tiempos modernos, cual Chaplines anacrónicos. Mi editora y yo terminamos admirando el gran talento de ellas, qué gran habilidad para acomodarse a la situación y soltar la risita ambiente. Hay que ser realmente talentosa para no ser descubierta. Como cité en un post anterior: ¿Viste muchas telenovelas de niña?


Todo es callejón sin salida. Tengo que escribir ahora mismo de política. No sé nada de política. No soy periodista.Y tengo que escribir de política.

Auxilioooooooooooooooooooooo

lunes, agosto 21, 2006

Sin Letargo




Michele tiene un hermano gemelo, es rubio, está loco y vive bajo tierra. Cree que está muerto. Michele descubre la verdad, su padre lo dejó allí porque no se atrevía a matarlo, era pecado. Todos los días le llevaba comida y agua, para que no muera. El gemelo quiso arrancarle un pezón a su madre.
Michele se moja en la lluvia, la niña gorda va a mostrar sus partes y algo pasa. Él no tiene miedo. Io non ho paura. Las ruedas giran y aplastan los pajonales, escriben historias sobre el trigo seco. El amarillo mediterráneo tostó la piel de Michele. Un verano deshidratado que pide mandar a dormir al letargo, por eso Michele escribe por las noches, bajo las sábanas y con una linterna.
Hoy no están los adultos, se han escondido de los helicópteros. Michele y sus amigos no tienen miedo, María había ahogado su muñeca en la pileta. Y sin embargo en la infancia también se traiciona, Michele tenía un secreto que valía tanto como la resurrección de su hermano gemelo. Él, que estaba muerto, fue sacado de su fosa inmediatamente, ésta vez para morir de verdad.
Por recuperar una tarde, por recuperar la sonrisa de Michele. Esa noche hay que salir, hay que encontrar al loco. Sobre las espaldas de Michele, rodando en la campiña el loco desenloqueció. Hoy corre una lágrima por la mejilla de ambos. Un disparo errático, la mano del padre en contra de natura. Una extorsión frustrada. Vuelve la desesperanza y el letargo. Quizás ahora, la promesa hecha a su madre tomaba forma entre la sangre goteando de su pierna. Antes del desmayo, antes del letargo, él se marcharía para siempre.
El Secreto (Io non ho paura) de Gabriele Salvatore

Debí haberlo pensado antes de besarnos



Yo esa noche comprendí todo, lo que durante años estaba mirándome desde la esquina, esa noche me abrazó y me dijo: Aquí estoy, me quedo de largo. El precio que uno tiene que pagar por latir al ritmo del corazón contiguo, ese corazón que ya es incapaz de cernir la piedra de la harina, ese corazón que parecería dejar colar todo, pero que a la final, sabe que ese discernimiento no sirve para nada a la hora de dormir. Sudando, revoloteando las cobijas, entre lamentos nocturnos se van abriendo las cortinas empolvadas. Ácaros, tos toda la noche, picazón, antihistamínicos. Tú, salbutamol. Yo, suero fisiológico. Debí haberlo imaginado, algo pasaba, no era normal la atmósfera, ese aire viciado, mineral. Y yo seguía pensando en el Vesubio.

Ahora comprendo que no hay para dónde más mirar. Es lo que hay, lo tomas o lo dejas. Por supuesto que lo tomo, lo agarro todos los días aunque no quiera. Me quedo sentada esperando el gesto de perrito y sigo abriendo las últimas puertas de la casa. Encontrando las últimas llaves escondidas, ja! Si hubiera sabido que tú tenías el llavero de carcelero en los bolsillos, hoy no estaría recorriendo las dunas para encontrar la vertiente que quizás, yo inventé en un sueño. Lo tuyo era una pesadilla, casi narcótica. Un problema de sinapsis, de impulsos electroquímicos, y claro, tu odio hacia la fealdad, hacia lo antiestético de lo populachero. Los cuerpos cuadrados. Asesino facho. ¿Crees que habrá muerto tu hermana?
No queda nada más por saber, y espero que no sea así. Quizás tenía razón y los ciclos permiten cerrar el vacío, coser el hueco dejado por la acción no realizada. Hay que volver siempre... Regresar y repetir, y una vez comprendido esto, estamos listos para entrar en el ruedo y salir a hacer trámites en el IEES. ¿De qué sirve enamorarse otra vez?

sábado, agosto 19, 2006

Velvet express


Claudio se subió después de la gorda. Yo quise que lo haga, yo inventé su repertorio para mí. Lo ví desde la ventana, vestido tenue, celeste, blanco, sombrero cubriendo calvicie. Levantó su guitarra desde la vereda esperando el consentimiento del chofer. ¡Cuánta generosidad desde el principio! Si yo con la gorda ya tenía suficiente, yo ya había entrado en estado terciopelo. Sentada allí, rozando cada minuto con una cadera nueva, la gorda nos miraba a todos mientras nos convencía de su sinceridad, con esa voz suave, zeteante -el aire que entra por la ventanita abierta-. Le faltaba un diente delantero. Cada vez que levantaba los brazos mostrando el producto o declamando acerca de su validez como vendedora callejera, yo miraba sus carnes rosadas, moviendose al compás de su ficha mnemotécnica. Debajo de la camiseta blanca solo divisaba un ombligo lineal, sonriente, pujando por ser visto. No alcanzaba la tela ni con todos sus esfuerzos pudorosos. No tenía sentido esconderse más. La gorda ya me había hecho feliz, yo le creí todo, pero no le compré nada.
Quien sí le compró fue Claudio. Veinticinco centavos para el que da recibe. Él esperó caballerosamente a la gorda terminar su discurso, y empezó el suyo. Tres o cuatro notas apegadas al asiento delantero. Sobre mí, yo junto a él. Creo que hubo un segundo de estupor y luego, la desembocadura. Música brasilera, algo en inglés y dos que tres frases inventadas en español borracho de amazonas. Yo conocía un par de canciones y las canté. Era demasiado. La gente de la fila izquierda no despegaba sus ojos de aquel cantador, contador, cuentero. Casi no hablaba, me refiero a Claudio, pero yo siempre supe que había algo de ficción en todo eso. Luego de unos minutos ya todos estábamos deseando que no se vaya nunca y que la parada se hiciera más y más lejana. De hecho me bajé algunas calles después de mi destino original. Fue por verguenza, no quería que me descubriese hurgando su motivación pasajera. Claudio se bajó antes, y yo me quedé con la moneda de cincuenta centavos en el puño derecho. Tenía que dársela, tenía que encontrarlo.
Y en efecto lo encontré, cuatro calles más arriba, sentado en una parada, solo, cantando. Por haberme alegrado el día. Quise salir corriendo, me sentí estúpidamente tímida. ¿Usted de dónde es? De aquí. Ah, no parece. Pero lo soy -sí, muy a pesar mío- (longa inconforme). Y ya me quedé, me quedé muy a pesar mío, nuevamente. Y aunque quedarme era lo que más quería, la voz se me ahogaba a la vez que descubría un tartamudo en mí; quizás por eso, horas después en la pizzería me dijo: Voçe é tímida. Claro, siempre lo he sido, pero nadie se da cuenta, solo tú.
Marisa Monte. ¿Conoce Tribalistas? Por supuesto. Já sei namorar, já sei beijar de lingua agora só me resta sonhar... Eu sou de ninguem, eu sou de tudo mundo e tudo mundo é meu tambem... También, Chico y Caetano, ah y Os Mutantes y Rita Lee. Algo de Joao Gilberto, Tom Jobim, Djavan y hasta Raúl Seixas. Todo eso sobre la vereda, con el jubilado que amaba el fox trot y que quería que yo sea periodista. Señor, yo no soy periodista, pero da igual. Ah, toca muy bonito, qué ritmo es ese. Un gospel con R&B, un blues urbano. Qué urbana yo cantando en portugués, y en vez de oxígeno, CO para el mareo concerniente. Hay que volverse un poco tonto en las calles.
Claudio se fue conmigo, me pagó el bus de regreso, cantó en él y me llevó a comer pizza. Yo no fui a su concierto al día siguiente.
¿Que é o que voçe quer?

jueves, agosto 17, 2006


Ayer erupcionó el volcán. La peor emisión piroclástica y de ceniza desde que empezó la actividad hace como un mes o más. Yo en la noche no supe nada, aunque estuve dentro de la coyuntura social -en casa de unos músicos bien informados- al parecer mi instinto de supervivencia gregaria no fue suficiente para despertarme hoy temprano, con las noticias del día. Como a las once de la mañana, con la radio encendida y una olla constante con agua hirviendo, escuché la noticia. No me quise levantar aún, no me importó la rutina a cumplir. Escuché entre bocinas y escapes furiosos, que había al rededor de sesenta desaparecidos. Yo pensé inmediatamente en el Vesubio y esos cuerpos calcinados sorprendidos antes de desmoronarse. Puro polvo, centímetros de carbono uterino. Entre un hombre y su ganado, entre una mujer y sus asadones, una choza gris, polvorieta. Siempre hay polvo, da igual. Tragamos tierra todo el día, tenemos cuicas en el estómago. Un poco de polvo más no va a cambiar en nada lo que mis ojos ven cada día.
Sesenta desaparecidos, un cuerpo momificado... Pudo más la tecnología, claro, es obvio, sin la TV cómo iba a enterarse aquel pobre hombre de que su terruño estaba devastado por ese escupitajo seco. Sorprendido en plena fuga. Fuga mediática.

domingo, agosto 13, 2006

El funeral de los gérmenes



No me interesan tus historias dramáticas, ni tus romances absurdos y complicados. Ya búscate un yuppie. Ay imagínate tú, cuánto tiempo he esperado junto a la ventana y otro tanto junto a la puerta, para ver venir un cortejo fúnebre multitudinario. Una operación blanqueo, una matanza de la Candelaria... No se confundan, necesito ser fascista para desaparecer todo rastro de ambiguedad y de falta de postura. Y aunque todos aquellos acompañantes parecerían obedecer a un patrón físico, incluso de comportamiento, juntos, no hacen un estereotipo. De ahí que la mediocridad no quiera ser parte del velorio. Por eso tengo que forzar finales y hacer que todas las puntas coincidan aunque tenga que retroceder siete años, diez años. Solo así puedo practicar un nudo boy scout de narraciones intrascendentales, un atado de historias sin finalidad, de novelillas baratas fácilmente omitibles. Y sin embargo, eliminando todos aquellos archivos "a quién le importa", no logro dejar una superficie plana, lista para ser grabada, tallada, escrita. Si me desapego de la farsa, entonces me vuelvo títere y paso a ser un ente manipulable. Paso de escultura a estatua, de diciembre a enero, me vuelvo insípida y sosa. Ya lo comprobé y perdí hasta mis vestidos, y mirándome desnuda al espejo, no supe dónde poner mis manos, cómo mover mis caderas, simplemente me limité a ver mi bronceado esconde imperfecciones. Tres triángulos que nunca fallan para que me digan que soy una rica mientras me van a insertando dos que tres ideas fugaces en el cuerpo. Así se construyen día a día las intenciones, pero lastimosamente cada vez es más difícil no sentirse burdo frente al estancamiento ajeno. Agua empozada, letrina sucia, y nosotros aún limpiándola, creyendo que así mataremos todos los gérmenes. Viviendo la ilusión de sentarse cada día en un escusado nítido, desinfectado...

viernes, agosto 11, 2006


El consumió otra vez. Al día siguiente durmió conmigo y yo me pasé de ácida. Había luna llena y no dormí durante toda la noche. Yo me daba vueltas y vueltas en la cama que nos quedaba enana, y él, dormía. Al día siguiente me volvió a llamar, por hastío, y vino a la casa de mis padres- que se habían ido de viaje- para ver películas. A los diez minutos, la inconsistencia del momento nos embargaba, y la película aquella nos llevaba cada vez más a la inconformidad geográfica, incluso racial. Él no era tan bello, yo no era tan bella, él no era tan feliz, yo no era tan feliz. No hacíamos fiesta nunca, ni la vida para nosotros era una fiesta. Quiero volver, nunca fui feliz en otro lugar como allí, entre ese mix insalvable de blancos, mulatos y negros, todos sabrosos, todos contentos, todos desesperanzados pero felices al extremo de celebrar constantemente sus cuerpos. Mil revolcones, ¡y yo! ¡Pero si tú también eres como yo! Eso jamás. No lo acepto. Sabes - y me miraba con ojos de investigador paranoico- hay algo en tí que no es sincero, finges demasiado. ¿Viste demasiadas novelas de pequeña? No, pero tienes razón. Estoy fingiendo, pero no porque lo quiera, es que no sé cómo actuar cuando tú me has descosido la espalda y has metido tu mano por el hueco. No me muevas más.

martes, agosto 08, 2006

El tiempo pasa y nos vamos poniendo techno

Yo: Hola, cómo va todo. Un beso.

Tres horas después, él: Acabo de cargar el cel. Todo bien.

Yo nuevamente: Ah que chévere. Hombre parco.

Él, harto: Toy malgenio y ya me voy a la casa.

Yo finalmente: Ok, no te jodo más

Chihuahua terapeútico

Alexa tiene cáncer y me lo dijo ayer, sin más, en las empanadas de la Carvajal. Yo al verla, no pude evitar que mis ojos resbalasen hacia la cicatriz de su cuello. Línea roja abusivamente trazada en su cuello blanco. En primera instancia, al verla algo ajada y extrañamente amable, pensé: Ésta loca buscó la manera más difícil de suicidarse o qué. Luego pude percibir, en segundos, una depresión de años que la había empujado a intentar desbocarse en su auto. Nada de eso. Era cáncer a la tiroides, enfermedad que hace un año había padecido mi madre, de la cual ya estaba bastante recuperada. Sin embargo, no sé porqué sentí que lo de Alexa era más grave, o quizás ella quiso ponérmelo así, a mí y al resto de gente que estaban en el lugar, puesto que hablaba casi gritando y mientras me contaba su tragedia se desplazaba a lo largo de todo el lugar, como para que nadie quedara sin escucharla. Lastimosamente éramos sólo tres, el vendedor, mi amigo con su perro y yo. Poco quórum para semejante dolor. Ni modo, nos quedó demasiado grande a los tres, o a los cuatro, ya que el perro pasó a ser protagonista cuando Alexa nos presentó su pequeño chihuahua, elegido como terapia anti depresión. Buena elección, veinte manejables centímetros de post angustia.

Yo también quise ser cordial y condescendiente hasta donde pude, puesto que no lograba sacar de mi cabeza, por más consejos de salud y esperanzas que trataba de darle, aquel día paralelo en el que nos encontramos en similares circunstancias, en una panadería. Ese día ella me saludó con tedio y no le emocionó para nada haberme visto después de diez años. Mi amigo -el mismo amigo de ésta vez- lo notó e incluso reparó en la incomodidad de aquel encuentro. Ahora ella era otra, más dulce y totalmente desnuda: Me dijo que siempre triste, siempre depresiva y siempre perezosa había ido a descubrir donde el médico por qué era así, y el resultado fue pues, el que ya conocemos.
Yo sabía que yo era una doña nadie en su vida, y que poco importaba que yo lo supiera, simplemente alguien ajeno debía saberlo, alguien que pudiera compadecerla lo suficiente como para quedar golpeado y llevarse aquella congoja de la que quería deshacerse. No eligió mal. Su yodo radioactivo me persiguió toda la noche.

lunes, agosto 07, 2006

Preservantes

Hoy es el cumpleaños de mi amigo y sólo somos los dos en el mundo. Hoy es su cumpleaños y no sé a dónde ir. Él dice que vayamos al cine pero justo hoy que es lunes, no está dando nada bueno. Entonces empiezo a pensar que se va a aburrir de mí, de una manera creada por él. Porque antes de que él llegara a mi vida, nadie se aburría conmigo. Él mató lo último de fatale que quedaba en mí, rompió el mito y razgó el velo viejo del misterio. Lugar común. Por eso no puede ver nada extraordinario, tan sólo dos desgastados que se encontraron un día y unieron sus metros cuadrados.
Ahora me hallo en la encrucujada de fingirme la antigua o seguir enterrando las pasiones y los arrebatos, y parecerme cada día más a él. Y sé que ha sido más feliz que yo, a leguas se nota. De ahí que me aguante el ser moldeada en la silla del mismo café donde se sentaron treinta o cincuenta más que tenían mi misma cara. Cara que nació hace algunos meses y que aún sigue en formación.
Hoy espero su llamada, tengo su regalo y temo ser arrebatada de mi lugar. Por eso le compré un regalo. ¡Ja! Como si a él le importara, como si sintiera culpa alguna al ver en la tv o en afiches a todas aquellas triunfantes mujeres que un día fueron yo. Quizás le atraviese una angustia -no lo he visto hasta ahora, o lo sabe disimular bien- la cual no sucede al arrepentimiento, sino más bien a su imparable vocación de molino de agua: Siempre recogiendo la misma agua que a la vuelta se derramará en el mismo lugar. Al final nunca se tiene nada. Definitivamente hay que usar preservantes, no se puede ser natural si se quiere sobrevivir al paso de los años.

domingo, agosto 06, 2006

Homenaje Post-Mortem

Sandro Rosa do Nascimento. Si algo ha de morir, moriré yo por tí. Sandro, si ya nadie se acuerda más de tí, si tu paso por la gloria de la visibilidad fue tan fugaz, yo te recordáré esta mañana y te veré desde mi pantalla. Si aquella tarde de del 2000, de no importa qué mes, tú no me hubieras hecho llorar seis años después, yo no tendría grabadas en mi piel las palabras de tu madre postiza. Ser alguien, SER. No hundirse en el desbarrancadero. No cumplir el personaje al pie de la letra. Familia, estudios, hijos, trabajo... Nadie te los iba a dar y tú lo sabías. Incluso en los días de sol en ese cuarto que hallaste como tuyo, con tu nueva madre y una televisión, de tanto saberlo te convertiste en estrella mass media. Lo lograste Sandro. Hoy lloro por tí, y no tengo piedad de tu pasado en las calles, ni de la matanza de tus amigos, ni del asesinato de tu madre. Sandro yo escuché una a una tus palabras y ví ese manejo escénico aún plausible en un cocainómano que hace actuar a sus reenes en una pieza de teatro clásico. Tres actos bien conocidos por tí, Sandro. Si algo ha de morir moriré yo por tí. Y así fue, hubo una que resucitó y tú dijiste que sólo crees en Dios y no en María. ¿Cómo justificar la resurreción? No era Lázaro un hereje ¿verdad?
Tú lo sabías bien, no querías hacerlo en realidad. Apretaste el gatillo como fiera acorralada, y aquella chica que estaba segura de que tú la matarías fue complacida. Ay de aquella seguridad, eso no entraba dentro del libreto. Esa afirmación te empujó a mover tus dedos... y el héroe de la SWAT de Río... No Sandro, no fuiste tí, incluso el coro gritándote ¡Filho da puta! y la turba pidiendo tu cabeza, esa montonera acercándose para descuartizarte, incluso ellos sabían que no fuiste tú. Tus últimos estertores dentro del auto con aquellos gorilas montados sobre tí, me recordaron una agonía silente, una envidia de ver cómo concluiste al pie de la letra tu vida. De cómo es infinitamente más fácil ser predecible cuando se vive en las calles, cuando se roba y se ha pasado por la cárcel con treinta o cuarenta compañeros de celda. Yo aún no sé cuál será mi acto final y tú fuiste tan literal al cumplir tus tres actos. Eres la encarnación de la obviedad social, Sandro. Y sin embargo aún me compadezco y estoy segura de que si estaba en ese bus, el solo metarelato que creaste habría sido suficiente para desarrollar el síndrome de Estocolmo. Y aún en Río de Janeiro, en el trópico mismo, es Suecia siempre en el corazón.


(Bus 174- Un documental de José Padilha)

El castigo

El tipo que me atendió ayer en la pollería era un montubio sicópata. Lo sé porque me miraba de pies a cabeza y no precisamente deseándome. No era un sicópata sexual, no, mas bien era de aquellos que obtienen un placer más depurado torturando a la víctima, sin jamás hacer partícipes a sus genitales. Este sicópata de la caja registradoran estaba tan obnubilado con sus ideas truculentas, que ni siquiera lograba entenderme cuando le hablaba. Me hizo repetir como tres veces la orden y al fin logró que yo perdiera la capacidad verbal. Así, me confundí entre el combo uno y el combo tres, y él, sintiéndose ducho en las artes de las combinaciones alimenticias, se burló de mí con un gesto de maestra de tercer grado -de escuela de monjas-. En verdad logró hacerme sentir tonta, lo cual comprueba aún más la tesis de su sicopatía: Sentirse intelectualmente superior a la víctima.
Cuando por fin logré entender que lo que me preguntaba era el sabor de la gaseosa, caí en cuenta de que yo estaba sudando y que ya no podía mirarle a los ojos. Así que balbuceé la marca de una cola que ni siquiera tenían y él, más suspicaz que yo, me dio el equivalente de la competencia: Seven Up. Lo que él no sabía es que al llegar a mi casa la botaría por el sumidero, acordándome de las palabras de mi hermana: Hay babosas dentro de las máquinas de cola. Yo las ví cuando trabajaba en el Mc Donalds.
A los pocos minutos el montubio sicópata ya tenía mi comida en una bolsa. Yo había pedido para llevar, pero él de adrede volvió a preguntar para hecerme caer en una secreta repregunta. Tenía que ser para llevar y él lo sabía. Simplemente quiso asegurarse de ello, o a lo mejor le cogió un arrepentimiento de última hora y por un segundo albergó la esperanza de que yo comería allí mismo, y sólo entonces podría librarme del castigo cambiando mi comida y eligiendo otra víctima. Pero no, la víctima resulté ser yo misma y muy bien escogida de hecho, porque aunque desenmascaré sus macabras intenciones, no le dí mayor crédito, y una vez en mi casa, abrí la bolsa, saqué un plato y puse sobre él las presas de pollo, las papas y la ensalada. Y aunque un poco desconfiada, no demoré ni diez minutos en devorar esa cena que tenía un sospechoso gusto picante.
Ni una ida al baño con intento fallido de vómito me libraron de mi condena. Ahora solo espero que el sueño me redima del castigo del sicópata montubio.

sábado, agosto 05, 2006

Sarna

Los primeros días soy como una gran ave que despliega sus alas de dos metros cada una. Abiertas de par en par , dentro de cada una de sus coyunturas se va develando un nuevo color, prismático, fotoforme, el cual va formando en degradé un frondoso plumaje verde-gris, rosa grisáceo, azul platinado. Un ave mítica que no existe, un ave nacida en los despojos húmedos de la noche posterior al insomnio.
Al pasar los días o las horas quizás, incluso los meses y aveces los años, el ave se contagia de una especie de sarna. Digámoslo así para justificar el rastro informe de plumas despeladas que va dejando tras de sí, mientras corre despavorida, huyendo del espanto, girando el cuello de vez en cuando para ver aquel bípedo que aún la persigue mientras recolecta sus plumitas. Al cabo de un tiempo aún no promediado, en lugar del fastuoso plumaje se observan tan sólo unos pelillos cual pelusas ásperas entre el pellejo rosáceo. Una piel de gallina aún expectante del último susto, delata un pasado copioso. La sarna ha hecho su trabajo.
Creyendo que quizás éste es el final de todo, el ave y el bípedo transeúnte se detienen un instante para mirarse fijamente ,sin adivinar que aún queda algo más que despojar... que despejar. Ante los incrédulos ojos del bípedo, el pellejo de las alas se va secando como pan duro y poco a poco se va desmigajando, a la vez que revela una anatomía base de huesos y tendones, sin tejido muscular, sin venas ni sangre. Mientras, el blanco del óseo terminal se va descubriendo poco a poco entre magulladuras y gritos de socorro...

Under Pleasure

A veces quisiera practicarme una clitorectomía para dejar de ser codependiente.

Quisiera despojarme de los intervalos latentes para no tener que ver con nadie más.

Quisiera eliminar el gozo primigenio para así alcanzar una felicidad más refinada, con más clase.

Quisiera borrar el gesto idiota de la risa mal habida para agarrar una fuerte gripe y congelar la sonrisa en un estornudo mocoso.

Quisiera botar toda la lencería sensual y comprarme una barata y china, para así tener el pretexto cíclico de la renovación constante.

Quisiera botar el ánimo lacónico para ejercitarme en la sobre adjetivación y la repetición inútil. (como arriba y abajo)

Otras veces quisiera sostener la misma nota sin tener que dar respiros angustiosos ni contener alientos desesperados, para que cada serenata tenga un registro vocal infrecuente, que sorprenda al amante vencido y lo encumbre. Cual castrato en el plató.
También quisiera crecer diez centímetros. Diez en cada parte de mi cuerpo y salir así de voluminosa, pesando mis senos más que la enciclopedia Salvat. Entonces quisiera recorrer, puerta a puerta, cada casa convertida en hogar de todos, con habitaciones de alquiler. Y una vez allí, llegar a conocer hermandades improvisadas que me den la clave de la amistad inocua, de la insipidez que debe tener una relación fraterna. No warnings. No regrets.

viernes, agosto 04, 2006

Sangre seca

Después de una torcedura de tobillo y la nada extrañada crisis con berrinche y zapateo, vuelvo a colgar lo que hoy tengo en mente. Si salgo a la calle en este sol con bbd, me siento algo extraña, esa sensación de cubrir mis hombros me persigue en la sierra. En la costa soy otra, más atrevida, más sexy, aunque al humedad y el calor empañan la visión. Estoy segura de que con esos atuendos sería más sexy aquí en la sierra, pero no se me da. Soy una chica delgada y blanca, y con la fachita esa seudo intelectual que me molesta pero que no sé cómo desecharla. Si me saco los lentes no veo nada, ni modo... Me hizo mucho mal la cumbiera intelectual...
Tengo puesta una camiseta de Italia, fingiéndome primer mundista, usando una camiseta con el nombre de un país que no es el mío, qué cosa más ridícula. ¿Quién me lo va a creer? Los tipos de la Calama que me saludan en inglés mientras paso con mis mil mochilas y bolsos, llena de sacos y trapos cual bufandas y cubresoles. Los asaltantes bilingües que, con cuchillo de carnicero y carnes en los dientes como perros rabiosos recién empapados en sangre, me hicieron correr cien calles cuesta abajo, desbaratando mis piernas, saltando barandas y charcos. Hasta que por fín llegué a un lugar oscuro y vacío, como una frutería abandonada, donde me escondí para que nadie me viera. Salí media hora después, eran las seis de la tarde y llevaba ya los hombros cubiertos de color uva, casi sangre, casi dentro de un cáliz vacío. Casi cicatrizada por fuera. Hay algo de piel, de la flor, de a flor de piel, de cáscara inagotable, que no me permite el desnudo. Como la cicatriz de una herida, sangre seca que no deja ver la ebullente nueva piel, débil, endeble, formante...

miércoles, agosto 02, 2006

Ayer en la noche, en una pesquisa cibernética logramos encontrar If you Leave de OMD, sin saber cómo se llamaba la canción o el grupo. Una sola pista: Molly Ringwald, la pelirroja ochentera de The Breakfast Club y Pretty in Pink. Pero aun ello no fue suficiente, no teníamos pista alguna de la canción, salvo una parte de la letra… I touch you once, I touch you twice… Bastó poner la frase en la barra de google y ¡zaz! Ahí estaba, y nosotras saltando de trasero frente al computador. Ayer Amaranta y yo la escuchamos juntas, luego nos perdimos, pero aun tenemos algo pendiente. Luego yo me acordé de que estaba enamorada, y que lloraba por alguien que aún no se perfila bien en mis recuerdos. Entonces decidí, no se bien por qué, dedicarle esa canción sin saber todavía qué decía la letra completa. Al buscarla no me decepcionó, pues calzaba perfecto. Ese es un misterio que aún no logro comprender de las canciones que me hierven el espíritu solo por su melodía y ese no se qué. Siempre coincide la letra aún antes de conocerla.

Vamos, que llena de experimentos estoy, y aun no me atrevo a ir al SRI, sé que soy estúpidamente reacia, pero me desesperan los trámites, llevo cuatro meses sin declarar impuestos y tengo una multa a pagar por cada mes de mora. Ay la morosidad se confunde tanto con la desazón… Tengo que usar un poco más de condimento y armarme de valor, para mañana, sin falta, resolver mi vida práctica y evitarme angustias burocráticas. ¡Por qué tienen que complicarme tanto la vida!

martes, agosto 01, 2006

Beso noruego

La Dana llegó a un punto en que cada vez que alguien quería besarla ella respondía con un altisonante: Para qué. Y esque sí, le tocaba gritarlo, porque cada vez que alguien quería besarla, la música no le dejaba ser escuchada por aquel palurdo troglodita que ella siempre creía tener enfrente. Y siempre en el mismo lugar, siempre en la misma discoteca reeditada, casi siempre a la misma hora e igualmente siempre en el mismo nivel de borrachera. De él, no de ella, porque ella jamás bebía, y no por responsable sino por débil, y no por débil de ánimos sino de cuerpo, y no por cuerpo extremadamente calentón sino por cuerpo con escalofríos. Así era la Dana. Hubo un tiempo en que sí se besaba con esos sonsos, pero luego ya no. Los lerdos creían que aquel para qué era un coqueteo camuflado, pensando que era momento ejemplar para poner en práctica la infalible frase que reza así: Cuando una mujer dice que no en realidad quiere decir que sí. Pero lo que estos infames no sabían era que la Dana jamás pronunciaba la palabra no, y que peor aún, lo que ella decía era una ¡pregunta! Nunca nadie se dio cuenta de eso, salvo un tipo que un día le arrancó un beso noruego, peninsular. Olvidaba decir que todos intentaban arrancarle besos al mejor estilo cine mexicano de la época dorada, pero no lo conseguían, porque ella siempre parecía adivinar que los labios hediondos de whisky se acercaban, incluso mucho antes de que hicieran el ademán venidero.
El tipo este quemaba, le quemó la boca de hecho, y ella se la dejó quemar. Luego se la llevó a su hotel, y entonces ahí sí ella volvió a su usual para qué, pero él solo hablaba en inglés y ella intimidada por que en la traducción su frase perdiera sentido, se quedó callada cuando él le dijo ¿what? Al día siguiente la Dana tuvo que salir tapándose la cara de aquel hotel, pues pensaba que todos le iban a ver. Y no era paranoia, en realidad ella trabajaba al frente y, aunque claro que lo notó la noche anterior, se había sentido aliviada pues esa mañana tenía libre. Así que no tuvo más que cubrir su rostro con el pañuelo, caminar tres cuadras hasta llegar a la ecovía y pensar en la puteada de su madre, que nunca dejaba de putearle aunque ya sabía que a su hija los besos que le quemaban le dejaban una cicatriz junto al ombligo.

Fé de erratas

Querido Indigo,

Bueno pero no te enojes, como diría el chavo. Si te lo tomas todo tan a pecho estás fregado hermano. Esto es un docuficción -ahi pa' que se entienda-, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Si te fijaste el yo narrador es un hombre, y ejem! Yo soy ¡una chica!Es un juego pana, las opiniones vertidas no necesariamente representan el pensamiento del autorrrr!!! Ahí les dejo a su criterio.

Chuchaqui seco

El alcohol lo absorbemos por los poros. Ahí se explica todo. Yo esta mañana no estaba en mi cama, ni tampoco en una cama caliente, con el sentido que se le quiera dar, da igual. Estaba realmente desparramada, y claro, es obvio que ya no se puede. Ayer no tenía la más mínima gana de entremezclarme con nadie, y salté entre un grupo y otro para ver cuál me convenía más. Lo peor de todo es que me daba cuenta de que mis "amigos" son insoportables, no sé qué hago con ellos, son tibios, no tienen una figura bien definida, y si alguno me invita al cine, yo casi siempre voy. Y voy pensando en alguna recompensa, la cual no ha llegado hasta ahora, y sin embargo sigo pensando en que debería llamarlos más a menudo, no por sentirme sola, sino para que se vuelvan más cercanos, porque la verdad, no le conozco a ninguno. Ni ellos a mí. Piensan de mí lo que se les antoja en el momento.
Y aunque yo no me sienta afable, saludo cariñosamente a alguna gente, no sé de dónde saqué el be polite, pensé que no lo era. Yo me encuentro con gente que no veo seis meses, un año, a veces más. Y siempre es como si nada, siempre estoy presta a ofrecer una sonrisa y a sacar unas cuantas porque me gusta hacer reir. El tapa huecos. Y no utilizo los elementos del barroco pero llego al mismo punto, porque el hastío de la sobrecarga siempre llega en el momento más adecuado. Para qué agotar todos los recursos, es una frase que nunca se me viene a la cabeza, y recién este año me dí cuenta que la analogía petrolera es. Más tarde que temprano caigo en cuenta que los ánimos titubean, y que los intereses se derrumban poco a poco mientras el trago va sabiendo a nada y hay que hacer vaca para comprar más. En fin, es una combustión que nunca se produce, porque se sigue alimentando y alimentando, pero la llama no termina de encenderse y por más movimientos forzados que realices, no puede el cuerpo llegar a acomodarse de una manera real, en una postura representada gráficamente en algún libro de ortopedia.
No queda más que rogar irse, porque hace frio, ya a esas horas nunca llueve salvo en inviernos despiadados. Luego el taxi en la madrugada y la esperanza de cama caliente que alarga la espera, y la deseperación en camino porque hay que llamar, porque no hay un alma en la calle, y porque todos los conductores de los tres autos que pasaron nos miraron con compasión despectiva. No se conmiseren, no es bueno.