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miércoles, marzo 16, 2011

La soga, el suicidio y Mauro Cerbino


Si hay algo más tóxico que ver televisión, eso es ver televisión nacional. Y si hay algo más desasosegado que ver televisión nacional, eso es ver televisión UHF. A veces pasa, mejor dicho, a veces me pasa. El domingo, sin ganas de dormir, me puse a ver el abanico de posibilidades que ofrecía la televisión nacional en su versión “b”.


Las opciones eran: canal de ventas por tv, en donde ofertaban unos interesantes jarabes pseudo-cubanos que curaban todas las enfermedades conocidas o no. Canal de programas culturales, que a veces suele tener opciones interesantes, pero que esta vez estaba varado en un repetido mil veces programa sobre el problema del agua en Israel-Palestina. Finalmente caí en una entretenida entrevista al director del diario Extra, Henry Holguín, la cual resultó divertida por la exuberante y peligrosa vida del periodista y por su carisma para hablar, ya que la entrevistadora seguramente era más talentosa para atrapar una mosca… muerta.


Acabada la entrevista, el sueño no venía. Entonces proseguí con el peregrinaje de 30’s y 40’s –números de canales, por si acaso-. Llegué entonces a Canela TV y un especial sobre el suicidio. Como buena mente amarillista, me dije: aquí me quedo. Pero sólo para darme con la piedra en los dientes, porque la feria del contrasentido empezaba a instalarse. Para empezar, la idea no parecía en sí, una batraciada. Se trataba de una colección de casos de suicidios ocurridos en los últimos meses en el país. Una serie de reportajes medio guachafos, al tierno estilo “cholito depurado”, el cual podemos ver, por ejemplo, en el nuevo programa de Jonathan Carrera. En fin, una estética televisiva –y un concepto- que se ha abierto un nicho en la televisión nacional, y cuya fórmula funciona a la perfección en las humildes cifras del raiting. Nada del otro mundo, hasta el momento. Un caso de un suicida ahorcado, otro caso de un suicida ahorcado y un tercer caso de un suicida ahorcado. Una aristotélica conclusión de mi cosecha: en el Ecuador, el instrumento favorito para quitarse la vida, es la soga, como no. La cual además cumple con las tres eres: resistente, reusable y re-efectiva.

Luego de unas cuantas historias de despechados de la vida, el conductor del programa, anunció un invitado especial en set: Mauro Cerbino, catedrático de la FLACSO. Cabe recordar que el subtítulo del especial era: “Suicidio: cobardía o valentía”. Así que, supuestamente la conversación con este sociólogo giraría en torno a esa hipótesis. Gran error. Y no sólo de la producción y la dirección del programa, sino del mismo Cerbino, quien en un principio resultó algo críptico en su discurso. Esto, de por sí, no es un error dialéctico, sino quizás de ingenuidad. Tal vez Cerbino esté convencido de que la televisión nacional tiene espacio para un lenguaje especializado y por eso en un principio, no quiso dar concesiones. No obstante, la tónica de la conversación hizo que Cerbino se ablandara y que terminara cediendo ante la ligereza de las preguntas del presentador. Pero cuando la pregunta del “suicidio o cobardía” era inminente, Cerbino supo destrozar a tajazos esa tesis, revelando las costuras del absurdo de la televisión guachafa que se le ocurre invitar a un sociólogo académico y teórico para hablar de si el suicida es valiente o cobarde. ¿Queda claro el contrasentido?

En conclusión: La próxima vez, como diría Doña Florinda, ¡vaya a preguntarle hue$%& a su abuela! No, es broma. Creo que el UHF sin duda, es un mundo paralelo que obedece a sus propias lógicas individuales. Basta con pasar un canal tras de otro para comprobar que la dictadura del discurso audiovisual televisivo sufre cismas casi terroristas, pues en el UHF crea pequeños reinos cuya estética, contenidos y dialéctica obedecen al humor del dueño del canal… Sin embargo, todavía me divierte más que la predecible VHF… ¿Hago mal?

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