Ídolo

Ídolo
Morrissey

martes, agosto 01, 2006

Chuchaqui seco

El alcohol lo absorbemos por los poros. Ahí se explica todo. Yo esta mañana no estaba en mi cama, ni tampoco en una cama caliente, con el sentido que se le quiera dar, da igual. Estaba realmente desparramada, y claro, es obvio que ya no se puede. Ayer no tenía la más mínima gana de entremezclarme con nadie, y salté entre un grupo y otro para ver cuál me convenía más. Lo peor de todo es que me daba cuenta de que mis "amigos" son insoportables, no sé qué hago con ellos, son tibios, no tienen una figura bien definida, y si alguno me invita al cine, yo casi siempre voy. Y voy pensando en alguna recompensa, la cual no ha llegado hasta ahora, y sin embargo sigo pensando en que debería llamarlos más a menudo, no por sentirme sola, sino para que se vuelvan más cercanos, porque la verdad, no le conozco a ninguno. Ni ellos a mí. Piensan de mí lo que se les antoja en el momento.
Y aunque yo no me sienta afable, saludo cariñosamente a alguna gente, no sé de dónde saqué el be polite, pensé que no lo era. Yo me encuentro con gente que no veo seis meses, un año, a veces más. Y siempre es como si nada, siempre estoy presta a ofrecer una sonrisa y a sacar unas cuantas porque me gusta hacer reir. El tapa huecos. Y no utilizo los elementos del barroco pero llego al mismo punto, porque el hastío de la sobrecarga siempre llega en el momento más adecuado. Para qué agotar todos los recursos, es una frase que nunca se me viene a la cabeza, y recién este año me dí cuenta que la analogía petrolera es. Más tarde que temprano caigo en cuenta que los ánimos titubean, y que los intereses se derrumban poco a poco mientras el trago va sabiendo a nada y hay que hacer vaca para comprar más. En fin, es una combustión que nunca se produce, porque se sigue alimentando y alimentando, pero la llama no termina de encenderse y por más movimientos forzados que realices, no puede el cuerpo llegar a acomodarse de una manera real, en una postura representada gráficamente en algún libro de ortopedia.
No queda más que rogar irse, porque hace frio, ya a esas horas nunca llueve salvo en inviernos despiadados. Luego el taxi en la madrugada y la esperanza de cama caliente que alarga la espera, y la deseperación en camino porque hay que llamar, porque no hay un alma en la calle, y porque todos los conductores de los tres autos que pasaron nos miraron con compasión despectiva. No se conmiseren, no es bueno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dalila, te recomiendo revisar la redacción antes de publicar en tu blog, hay palabritas por ahí que les faltan letras...