Ídolo

Ídolo
Morrissey

jueves, agosto 31, 2006

No lo ví desde entonces


El sueño:

-¿Puedo hablar con él o no?
-¿Quién habla?
-Quién eres tú.
-Yo soy el ldfklfl -aquí una palabra ininteligible-
-Ah y dónde está, pásamelo.
-Esque no se, a ver déjame ver si puedes hablar desde el walkie talkie.
-¿Es que acaso no está ahí en la casa?
-No, está en el bar de al lado, en el Wilson's.
-¿En un bar en el sur? ¿Qué hace ahí?
-No sé, cada día está más loco este man. Dijo que no saldría de ahí sin sacar el máximo provecho.
-A qué se refiere con eso.
-Mmm... No sabría decirte.


Luego me pasaron a un otro. Uno que yo supuestamente conocía y que me invitaba a un concierto o algo por el estilo. Yo no tenía la más mínima idea de quién era, y peor, qué hacía ahí. Después pasó algo que no recuerdo y me hallé en una calle de Guápulo -al menos eso parecía- pero no era Guápulo. Era una pequeña ciudad serrana en algún otro país andino como Perú o Bolivia, hasta Colombia podría haber sido. Era algo así como una celebración pagano popular que estaba acabando. La gente subía llena de confeti y había vasos plásticos tirados por todo lado. Todos iban cansados y silenciosos, a lo lejos se podía escuchar una música que no logro identificar a qué género pertenecía. Probablemente era populachera. Tengo la sensación de que no estaba sola, de que iba con un grupo de gente, que para el momento, se hallaba disperso. Conversé con una o dos personas que me dieron un par de indicaciones, al parecer eran mis amigos o algo similar. Yo le buscaba, creo, y seguía estancada en la mitad de la cuesta. Ahora lo recuerdo, yo tenía reservaciones en un hostal que tenía una puerta metálica con enrejadura azul. Estaba parada en la puerta esperando que llegara alguien, él me supongo. Después de unos minutos -quién sabe- llegó otro, un amigo desconocido y me dijo que él estaba borracho y loco. Vagabundo. Ubiqué mis ojos hacia el fondo de la calle empinada y pude ver que venía tambaléandose y hablando solo o acaso hablaba con la gente que iba subiendo, fatigada. Al llegar cerca de mi puerta -la cual yo parecía cuidar como perro- ni siquiera me miró y pasó de largo. Se acercó a otra puerta, unas cuantas casa más allá y entró apoyándose en las paredes. Yo no tuve más que entrar a mi hostal, mientras aquel tipo, quizás amigo, caminaba atrás mío dándome explicaciones que a mí no me servían para nada.

Aunque quise saber el desenlace, me será imposible, al menos dormida. Mi editora me llamó a pedir el logo de la RED justo cuando me iban a revelar algún secreto.

5 comentarios:

la hambrienta lúcida dijo...

Ais, qué miedo... ese tipo de sueños me producen entre miedo, curiosidad y apetencia de seguir teniéndolos, para descubrir dormida quizá aquello no puedo despierta.

Los sueños son más que eso, tienen misterio. Es como si nos recogiéramos hacia dentro de nuestro cuerpo como siendo de goma y hurguemos a ver qué encontramos, pero como la goma es elástica, vuelve a ponerse rígida justo cuando vamos a develar algún misterio.

Me dio cuerda el post a estas horas de la madrugada. Vuelve a soñar.

Saludillos.

Anónimo dijo...

Hola
Estoy interesada en tu blog. Una pregunta... cuando hablas de tu "editora", ¿es que publicas para algún medio, sea este periódico, revista o página web?
Espero me contestes, seguiré visitando tu blog.
Pili

Dalila dijo...

Hola, Gracias por interesarte por este artilugio.

Eso de "mi editora" suena más bonito de lo que es, pero qué le vamos a hacer, es mi editora. Tengo una. Soy redactora en una revista X. Porfa, no preguntes más, porque hay que mantener un poco el anonimato.

Un abrazo Pilar,

Dal

Dalila dijo...

Norka, ya te visité, seguiremos en contacto...

Natalie Sève dijo...

Cada post es revolver en la intimidad, pero narrar un sueño es hurgar en lo más íntimo...super que lo compartas...excelente!!!
Siga no más....!!
Abrazo