Ídolo

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Morrissey

viernes, septiembre 08, 2006

Paranoia de Escopolamina

Paranoia will destroy ya'. ¿Por qué tuvo que haberme tocado? Mierda, que insportable sensación recibir una caricia brusca de una mano sospechosa con claros indicios de querer drogarme. Estuve segura durante varios minutos de que ese roce contenía alguna substancia sicotrópica. Me quedé inmóvil por unos segundos, sin querer virar mi cabeza hacia el lado izquierdo. Ví a la mujer bajarse y traté de adivinar una predisposición antisocial-delictiva en su anatomía. Quedé con más dudas que certezas, su cómplice debía estar aún dentro del bus y estaba esperando ansiosa pero pacientemente que yo me bajara para que así, ya con el efecto de la droga, pudiera llevarme dócilmente al cajero automático.
Para estos momentos trataba de concentrarme en no perder la conciencia y me dediqué a analizar si estaba teniendo algún síntoma. No lograba identificar claramente si ya estaba en estado letárgico o me hallaba con todas mis facultades intactas. No sabía qué hacer. Logré por fin mirar mi brazo izquierdo y no hallé ningún rastro de algún polvillo extraño, pero pudo haber sido tranquilamente un líquido trasparente que se reabsorvió. Entonces sólo que quedó vigilar seguidamente a la gente que aún se encontraba en el bus. No eran muchos y todos eran hombres. Tenía tres sospechosos, el uno era un zambo de piel oscura y curtida, y de cabello casi a lo jackson's five. El otro era un joven algo endeble pero con claros signos de resentimiento e inconformidad. Y por último, un tercero sentado al último que no paraba de mirarme, el cual que yo casi descarto por su delatora obviedad.
Al pasar los minutos, la gente del bus empezó a verme a mí como la sospechosa, pues yo no dejaba de observarles y reparaba insistentemente en cada persona que se bajaba del bus. Así, se fueron bajando todos y mis sospechosos de siempre lo hicieron progesivamente, uno por uno. Al fin me quedé sola en el bus, bueno, con una anciana que estaba sentada el la primera fila y que estaba más allá que acá. Mi parada llegó y nadie me seguía, aparentemente. Horas más tarde, cuando había acabado de trajinar y tramitar inutilidades, me senté en una banca de la calle a descansar. La calle estaba vacía, no pasaban ni autos ni peatones. Luego de unos minutos lineales, a lo lejos pude divisar una silueta que se acercaba hacia mí en lentos pero decididos pasos. Mi corazón empezó a latir acelerado y por un momento quise huir del lugar al darme cuenta de quien era ese aletargado ser que venía hacia mí. Sin embargo, algo me ató a la silla y me quedé esperando sin paciencia ni tranquilidad que llegase a mí. Llegó, se detuvo sin mirarme y me dijo estas palabras: Antes de tí, hay solo polvo. Yo no supe que decirle y dejé que se marchara lentamente con el sol que empezaba a ocultarse...

3 comentarios:

Eduardo Varas C dijo...

Dejaste ir las respuestas, o quizás las preguntas, Dal...

Hiscariotte dijo...

A lo mejor y todo este texto te fue dictado mientras estabas drogada.

Saludos.

De lo que he podido leer hasta ahora me ha gustado casi todo; lo suficiente como para ponerte un link.

Eduardo Varas C dijo...

Recordé esta canción (devolviendo ese asunto de las letras de Harrison) y me suena a comment de post:

"All things must pass
None of life's strings can last
So, I must be on my way
And face another day

Now the darkness only stays the night-time
In the morning it will fade away
Daylight is good at arriving at the right time
It's not always going to be this grey"

All things must pass, George Harrison