Ídolo

Ídolo
Morrissey

jueves, septiembre 28, 2006

Trio de cuerdas

Otra vez me equivoqué y ahora sí ni idea de lo que irá a pasar después. El pobre bostezaba en el auto y yo obligándole -con una sonrisa coqueta y chantajista- a ir al concierto. Veinticuatro dólares. ¡Veinticuatro dólares! Hasta a mí me dolieron. Él no desmostró asombro alguno, probablemente fingió que estaba habituado a esos gastos. O quizás sí está habituado en verdad. Así somos los hombres, nos gusta demostrar potestad sobre la plata. Sinó acuérdate de esa vez que fuimos a la tienda de películas y yo compraba todo lo que tú recomendabas.... ¿En serio hiciste eso? Sí. ¿ Por demostrármelo a mí? Por demostrártelo a ti, en efecto. Eso me dijo mi amigo un par de horas antes. Sé que para muchos estas disecciones son inútiles, pero yo no estoy habituada a salir con yuppies. La chireza me persigue, y la verdad, casi nunca me ha molestado.
Acostumbrada a juntar centavos para ir al cine. A gastarme cien dólares en libros (en tres libros, coño) y quedarme en la inanición. A que mis chiros amigos me inviten a comer un hot dog o una pizza de a dólar. A entrar a eventos con mi pase de prensa -lo he hecho muy pocas veces en realidad-. A llenar la panza en cocteles, inauguraciones y lanzamientos. A ocupar gloriosamente la primera fila... en todos los eventos grautitos. A congelarme el culo en los espectáculos de la Plaza Foch, parada en los duros adoquines, mientras los de atrás, disfrutan calientitos en las mesas de los finos restaurantes del rededor. Acostumbrada, en efecto a coger románticamente un bus con el objeto de mi amor.
Tengo un amigo que odia trabajar. En realidad tengo muchos amigos que odian trabajar. Todo el mundo odia trabajar sería mi tesis absurda. Pero no, he conocido un workoholic o trabajólico que me ha introducido al mundo de los que aman su trabajo hasta morir por él y acabar su belleza y juventud con tal de ser exitosos ¡Carajo! yo no podría. Yo quisiera poder dedicarme al muy aristocrático arte de no hacer absolutamente nada. Y así tener cinco blogs y escribir un libro cada seis meses. Je. Pero ya ven que no se puede. Bueno, regresando a mi amigo que odia trabajar y al resto de panas de quienes recibo constantes quejas desde sus cubículos. Hartos de sus horarios y trabajos, fungo de sicóloga industrial y trato de animarles con mis chistes agrios o con mis tragicomedias cotidianas. Y sí, me salgo de la línea, ya perdí la ilación otra vez. La cosa es que el coro de todos ellos fue: ¡Búscate un yuppie!
Sí, soy un yuppie, siempre lo he sido y me gusta serlo. Y ya vamos porque estoy muerto y mañana tengo que trabajar...
Qué turra que soy. Y que los blogs sirvan de consejería o de conserjería. Vamos, quién da más.

13 comentarios:

la hambrienta lúcida dijo...

Ay Dalila, a estas hora madrugadescas me has hecho perder a mí la ilación una maldita discusión de resultados (qué más, la tesis otra vez)

"Todo el mundo odia trabajar sería mi tesis absurda." Ni tan absurda yo diría. Es como saber que todo el mundo va al baño y que en determinado momento se te haga "foco" pedir prestado un bath, absurdo, pero pasa. No sé, a lo mejor no todos odien trabajar, por ejemplo yo. Mentira. La cuestión radica en si realmente amas lo que haces, Por ejemplo si de verdad tuvieses cinco blogs y escribieras un libro cada seis meses, seguramente no odiarías "trabajar". Aunque en ese punto quizá digas que eso ya no sería trabajar sino cumplir con un hobby (o como carajo se escriba eso, ya lo olvidé), pero a fin de cuentas sería con lo que te ganaras algunas monedas y por tanto sería trabajo (porque aspirarás al menos a vender los libros, digo yo). Qué disertación la mía, es la cafeina al parecer.

"de sicóloga industrial y trato de animarles con mis chistes agrios o con mis tragicomedias cotidianas." Es lo mejor yo creo, los chistes agrios te sacan sonrisas dulces, espontáneas y sinceras, aunque luego venga la conocidad frase "Qué agria!" "Ah pero bien que se rieron", les respondo yo.

"Así somos los hombres, nos gusta demostrar potestad sobre la plata." Ya lo creo, aunque conozco también a varios que son más sinceros y dicen: "Hoy no tengo mucho dinero, tú me invitas" Y lo aprecio (aunque me ponga en apuros a veces) Y bueno sí, también los hay quienes realmente están habituados, pero me da lata igual, eso de que te inviten a todo cae chancho también.

Ya querida, me la saco, una discusión de resultados me espera para que la concluya.

Me gustó el post.

********

la hambrienta lúcida dijo...

No suelo admitirme los errores públicos, qué dirán mis fans, paro, pero igual ahi va:

"estas horaS madrugadescas me has hecho perder a mí la ilación DE una maldita discusión de resultados..."

"conocidad" -> obvio era sin la D final.

Ya bueno, chau.

********

Eduardo Varas C dijo...

Supone más bien un ejercicio de vida... Sí, eso...

Religiosamente hablando, el trabajo es castigo divino y hay muchos que intentan hacernos recordar esa idea, constantemente... No hay que alarmarse, siempre fue así...

La idea es la repetición, pues si alguien las pasó de esclavo cuando era empleado y llega a posición de jefe, repite esos patrones con sus subalternos ("Si yo lo hice, ¿por qué no ustedes?)... el clásico La vaca no se acuerda de cuando fue ternera....

Y si la idea es la repetición, la respuesta es romper el círculo... y hay maneras... Dal, hablé del ejercicio de la vida y al menos para hacer todo lo que dices que quieres hacer necesitas algún tipo de disciplina: levantarte a cierta ahora, leer blogs desde las XXX hasta las YYY, dedicarme al trabajo hasta las DDD... Y lo mejor de todo es ir variando esas posibilidades, que no son tajantes o peor... excluyentes...


Hay muchas maneras... de salirse de la línea

Un abrazo

Dalila dijo...

Ay los horarios fijos me matan!!! Eduardo!!! la rigidez de los horarios. Desde el Kinder lo he intentado y nunca me he acostumbrado a ellos.
Hoy me levanté horrorosamente a las siete, dormí a las dos.
Ayer me levanté a las once, dormí a las dos igual.
Antes de ayer me levanté (de la cama)a las ocho y no dormí ¡nada!

PD: Lo de los cinco blogs era una hipérbole. En realidad quisiera pasármela escribiendo cualquier huevada, y luego botarlo todo y largarme de vagabundo por algún país desconocido.

Alicia Dadá y Asesina sin sueldo dijo...

El maldito trabajo que "dignifica". Que estupidez.
Sabes que a mi me gustaria heredar tres edificios con departamentos para alquilar en $1.500.oo cada uno. No quiero hacer las cuentas ahora pero me alcanzaria para estudiar eternamente todas esas carreras poco lucrativas que me atraen. Y para ser como Lorenzo de Medicis.
Solo asi podria ser feliz, y si no pues terminaria colgandome en algun arbolejo.

Anónimo dijo...

Sabes que muchos de los héroes de guerra son simplemente tipos que están hasta más arriba de la coronilla de la vida y sus problemas y van a la batalla con el fin único de morir y de darle a la muerte el sentido que su vida nunca tuvo?.. Muchos no mueren en el intento y terminan siendo condecorados, homenajeados y con calles a su nombre.
Con algunos trabajólicos (ojo que hay muchas clases, un verdadero estudio sociológico puede salir de este tema) suele suceder algo parecido, el trabajo pasa a ser la esencia de todo, no es que sean dignos de admiración, ni que la suma de todos sus bienes sea el reflejo de un ser feliz. Sencillamente han aprendido a vivir de esa forma y al igual que a los heroes de guerra hace falta que los dejen mutilados (no literalmente está claro) para que decidan que en la vida hay cosas más importantes -si algun día descubren que las hay- .
En fin.. cháchara más, cháchara menos lo que te quería decir es que la relación con una persona trabajólica no es fácil, es una verdadera enfermedad y eso no debe suponer ni por un segundo que debas sentirte mal tu o su entorno. Y muchas veces el medio es el fin en si mismo, no es una búsqueda de éxito ni realización personal como un absoluto. Recuerdas que te conté que me entraron a robar hace dos días? pues al día siguiente me desperté tarde, fui en bicicleta a la oficina y decidí nunca más dedicar una hora innecesaria más al trabajo.

Anónimo dijo...

¿para que te dicen tus amigos que te busques un yuppie? ¿para que este te mantenga?? por qué no mejor te mantienes tu misma? digo, ya eres mayorcita, no???

Dalila dijo...

F: Me parece muy interesante tu tesis de la mutilación. Claro, resquebrajar o desarticular algo dentro de la estructura de un trabajólico implicaría una especie de mutilación. Gracias por los consejos, y muy buenas las reflexiones.

Fernanda: Justo el otro día hablaba con un amigo y sosteníamos la teoría de que, en efecto el trabajo no dignifica. Es una patraña capitalista neoliberal para que consumas y consumas. En algo tendrás que desquitar tantas horas como burro frente a un escritorio. Entonces: Compra, compra, compra y verás cuán digno te pones. Y así señores, la dignidad se compra...
Y con respecto a los departamentos y eso, pues déjame decirte que también tengo ese sueño, es más, justo hoy estaba pensando el las varias propiedades que tiene mi taita, pero que no aflojará ni un centavo hasta que pase a mayor vida. Así de crudo, pero es la realidad. Mientras tanto que viva la chireza...

Hey jade, sí, sí, cada cual es libre de interpretar como quiera lo que lee. Pero ¿quién habló de que quería que me mantenga un yuppie? Ay por favor... Sin comentarios.

A veces es bueno pasearse por otras playas ¿no crees?

Pero pensándolo bien, no estaría mal tener un mecenas. Por qué no.

Anónimo dijo...

En realidad yo amo lo que hago, me gusta lo que hago, total si para eso me gradué ¿no?, pero el quid del asunto es que por más que te te apasione lo que haces, la rutina desgasta tu relación con tu trabajo, ¿así también es el amor o no?, la rutina ha matado mi amor por mi trabajo, y lo que necesita es una modificación....cambiar la corriente sería tal vez una solución..es decir darle una modificación a la rutina laboral...qué tal yo hablando de cambios, cuando algunos caemos en el puto conformismo por la tostadera que carcome nuestra psiquis ahora....dalila, ya sabes generalmente me quejo contigo, snif!!

Dalila dijo...

Necesitas un cambio Amaranta, en verdad es preciso que lo hagas. Oye, ya hay que verse, hay mucho que conversar. Asoma.

Anónimo dijo...

Llegué por azar y me alegro.
Es todo muy interesante.

Justo hoy hablaba de que no se puede por definición vivir de lo que a uno le gusta, porque es requisito para que una situación de placer sea en efecto placentera que podamos dejar de hacerla cuando queramos, salvo claro, que tengamos algo de sadomasoquistas, pero es material para una entrada especial.

Será negociación permanente, la búsqueda del mejor presente que naturalmente incluye el mejor futuro posible, y entender el trabajo como un medio. Nadie dice que el medio no contenga ciertos fines, pero son independientes de él.

Me dio hambre.

Dalila dijo...

Es que si el medio no contiene ciertos fines, entonces ahí sí estaríamos hablando de un sadomasoquismo laboral absoluto. Yo no le hallo sentido al trabajar por trabajar. Ni siquiera al trabajar le hallo sentido. Claro, todo lo que se disfraza de trabajo es tedioso, quizás hacer exactamente lo mismo por las huevas sería menos deleznable que hacerlo por dinero. De acuerdo, llego a lo mismo, estamos de acuerdo.

Saludos,

A mí también me dio hambre.

Anónimo dijo...

Que mismo es trabajar. Acaso leer un libro no es trabajar, acaso estudiar no es trabajar, cultivar la tierra no es trabajar, pensar no es trabajar, hacer taichi o yoga no es trabajar, hacer ejercicio o meditar no es trabajar. Cantar o pintar no es trabajar. Cocinar no es trabajar. ¿ O trabajar es solo el acto para conseguir dinero? Dinero, dinero, codicia, codicia, consumo, consumo. Trabajar es acción, es no permanecer estático, a veces te llega dinero, otras veces no.